“Bascomania with Renault France”, anuncia la marca automovilista gala en un vídeo publicitario en redes sociales en el que el conductor de un coche eléctrico se dirige desde una casa típicamente labortana hasta la costa rocosa de Biarritz, mostrando en el camino platos de la atractiva gastronomía local. Lo vasco está lamentablemente en boga. Hasta el punto de que la segunda multinacional de las hamburguesas ha sacado una con el nombre “Master Basque”, que aunque de origen sólo lleve una salsa con pimiento de Ezpeleta les parece suficiente para que se bautice con el label periférico de moda. No interesan ni la cultura ni la lengua ni el patrimonio ni la idiosincrasia; sólo una imagen superficial que pueda usarse como gancho comercial. La movilización del sábado en Baiona, un grito de alarma por la situación de precariedad a la que la administración francesa somete al euskara, seguramente será vista desde París como una manifestación pintoresca. No habrá probablemente gesto alguno. No se presupuestará ni un céntimo más en la recuperación, valorización y promoción de nuestra lengua. Y pretenden que sigamos soportando que quieran hacer negocio a nuestra costa, vivir en nuestras casas, imponernos la sola oficialidad de su idioma, consumirnos como si fuéramos un simple destino turístico o un menú de comida rápida. Su desprecio y su Bascomania acabarán generándonos manía. “Without France”.