Solo sólo lleva tilde cuando equivale a solamente y nunca cuando se refiere a la soledad, pero esta regla, en realidad, no es tal, porque la marca diacrítica es sólo opcional, un recurso para evitar la duda que no se usa en otras palabras de más de un significado, por ejemplo, en monstruo, que puede designar tanto al pasajero de Alien como a Gerard Depardieu, «un actor inmenso» como defendió hace poco el propio presidente de la República, «un genio de su arte» que «ha dado a conocer Francia, nuestros grandes autores y nuestros grandes personajes en el mundo entero» hasta el punto de que es un orgullo para Francia, según un Emmanuel Macron que realizó estas declaraciones y sin mostrar atisbo de duda en respuesta a las imágenes de “La caída del ogro”, un reportaje del canal público que muestra al actor como un depredador sexual sobre el que pesan dieciséis acusaciones de violación y agresión sexual y que a sus 75 años aparece ante la cámara con comentarios jocosos y misóginos, como que las mujeres adoran montar a caballo porque restriegan sus clítoris contra la silla, como «esa niñita, ¿ves cómo se frota?», unas palabras, las suyas y las de su presidente, que reflejan que el actor es cada vez más sólo un monstruo, que, lamentablemente, no es un monstruo solo, y que, sin duda, no sólo él es un monstruo.
