La unión hace la fuerza. Es el núcleo del mensaje que Emmanuel Macron ha tenido a bien lanzar al personal. Veinte minutos de discurso que se resumen en ese dicho que tiene tanto de cierto como de desacierto. Porque la situación actual, esta crisis económica que infla precios y consume ahorros no es resultado de un fenómeno meteorológico, sino consecuencia de unas políticas de mercado que no ponen ningún freno a la voracidad de las grandes empresas internacionales. El interés general rima con beneficio empresarial, con rendimiento multinacional, con gran capital. Y como ya ni el trabajar más para ganar más de Sarkozy tiene ningún sentido, Macron ha preferido tomar prestado aquel dicho alemán del trabajo nos hará libres para hablar de compromiso y de transformación, pero no sociales sino estatales. Pues eso, que se comprometan a seguir trabajando ustedes hasta el final de sus vidas para de esa manera seguir transformando su esfuerzo en riqueza para el Estado. Y todo en nombre de la libertad, la de mercado, claro, que es la única que realmente importa aunque se empaquete con los colores de la bandera  tricolor. Por ello, un año más, en este 2023 parte de la riqueza generada con el sudor y el compromiso de miles de trabajadores se transformará en gas lacrimógeno y pelotas de goma. Porque en realidad, su unión se hace a la fuerza.