Iñaki Lekuona
Iñaki Lekuona
Irakaslea

Hipoteca

No vayamos a buscar culpables, porque ahora lo que se necesita son soluciones y estas pasan por «trabajar más para vivir mejor» en palabras de Attal, un tipo al que no le importa recortar derechos ajenos porque los propios los tiene bien asegurados en el banco.

Emmanuel Macron reunirá a su gobierno esta semana para afinar una reforma de la jubilación que propone pasar la edad de los 62 años actuales a los 65. El ministro de Finanzas Gabriel Attal se justificaba ayer en un dominical argumentando que el Estado arrastra una deuda de tres billones de euros, de la que en 2023 se pagarán casi 52 millones, lo que a este ritmo significaría abonar el adeudo en 2080. ¿Que cómo se ha llegado a este extremo? Haciendo política de la de mentira, es decir, empeñando la palabra propia y el dinero ajeno.

Pero bueno, no vayamos a buscar culpables, porque ahora lo que se necesita son soluciones y estas pasan por «trabajar más para vivir mejor» en palabras de Attal, un tipo al que no le importa recortar derechos ajenos porque los propios los tiene bien asegurados en el banco. Así, con la calculadora en la mano, pretende reducir drásticamente el gasto público recortando por ejemplo el presupuesto de la Seguridad Social, con «ahorros» –sí, ha dicho ahorros– en servicios sanitarios. Lo que no le dice su cálculo es que todo esto nos saldrá muy caro, porque, como en Italia, a falta de una verdadera izquierda, en un contexto de precariedad extrema la extrema derecha se hará con el poder. Y se volverá a hipotecar el futuro de todos, como hace casi un siglo.

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