El ministro de Economía ya suda menos. Standard & Poor’s ha decidido mantener la nota francesa en AA con perspectiva negativa, y ello en un panorama en el que la deuda de la República supera niveles estratosféricos. Pero Bruno Le Maire tiene un plan para reducir los números rojos y no tiene nada que ver con que los que más tienen más paguen. Al contrario. Su proyecto es mantener los privilegios de los que mantienen un sistema que se perpetúa sobre antivalores como la deslealtad, el servilismo, la mezquindad, la maldad y la impunidad. Un par de semanas después de la detención del senador conservador Joël Guerriau por haber drogado a una diputada con el fin de violarla, la diputada macronista Caroline Janvier ha confesado “prácticas adictivas” en la sacrosanta Asamblea Nacional, en cuyas veladas de trabajo los parlamentarios consumirían alcohol y otras drogas ilegales en grandes cantidades. “Sin pretender excusar nada, hay que analizar este fenómeno como un sistema”, en el que “la política fabrica comportamientos desviados”, ha explicado. Y mientras las miradas se centran en noticias como la del ataque mortal de París, esta panda de desviados con corbata redacta, entre tragos y rayas, las leyes con las que el ministro de economía recortará derechos sociales para que Standard & Poor’s siga calificando a Francia como un sistema de nota.
