Imanol Carrillo

Los corredores del Tour disfrutaron ayer del segundo día de descanso. Aunque, como bien dice Amets Txurruka en su comentario de hoy en GARA, de descanso, nada. A todas esas tareas que nos explica nuestro comentarista más dicharachero, yo le añadiría una más: las ruedas de prensa.

En estos días sin etapas, normalmente los favoritos al triunfo final deben acudir ante la prensa para hablar de sus opciones en la carrera y demás temas. Sin embargo, Chris Froome, el líder de la ronda gala, el británico que viste el maillot amarillo, se las tuvo que ver con los periodistas cegados con los temas de dopaje.

Al corredor de origen keniata, acostumbrado a un semblante amable y risueño, se le cambió el gesto de inmediato al tener que escuchar unas cuantas preguntas sobre dopaje o al ser comparado con Lance Armstrong. «No tiene sentido; él engañó, yo no. Y punto», fue una de sus respuestas.

Este deporte está siendo castigado los últimos años por los engaños, pero también es cierto que 'hasta que no se demuestre lo contrario, el sospechoso es inocente'. En ese sentido, hasta Alberto Contador recalcó que «yo no dudo de la forma de Froome. Es un gran profesional, lleva todo el año a un gran nivel, sus resultados son fruto de su trabajo».

El último ejemplo lo dio en Mont-Ventoux, en ese gran infierno, como señalaba Iñaki Telleria en su comentario de anteayer. El ciclista del Sky demostró su superioridad una vez más y logró afianzarse en el liderato del Tour. Sin embargo, esta vez tuvo una ayuda extra. Y no precisamente la de sus compañeros de equipo. Ni de sustancias dopantes –si no se demuestra lo contrario–. Esta vez obtuvo la ayuda de… ¡el Power Ranger rojo!

Imagen: Jeff PACHOUD / AFP PHOTO