«Rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho… (Sigue, Paquita, sigue.) Infrahumano, espectro del infierno, maldita sabandija, cuánto daño me has hecho. Alimaña, culebra ponzoñosa, deshecho de la vida, te odio y te desprecio. Rata de dos patas, te estoy hablando a ti, porque un bicho rastrero, aun siendo el más maldito, comparado contigo, se queda muy txikito…». Lo alzada que se queda una berreando a Paquita la del Barrio frente a tu propia existencia, a veces dolorosa pero siempre irrepetible. Y se la puedes dedicar a alguien también desde el amor: evoco a una chica rumana cantándosela, enardecida y a gritos, a su novia en La Bata de Boatiné, nuestro antro queer de El Raval.
Gracias al desahogo triunfal de Shakira contra Piqué, la chavalada ha descubierto a Paquita la del Barrio. De hecho, la mexicana le ofreció a la colombiana amistad y refugio ante el despecho. Aunque Paquita la del Barrio descubrió que su marido llevaba quince años engañándola con una amiga, de ahí su genialidad en el desgarro, hoy todo el mundo sabe que Manuel Eduardo Toscano escribió "Rata de dos patas" contra Carlos Salinas de Gortari, infame presidente mexicano. Todo pueblo sufre por sus revoluciones frustradas y México canta sus dolores políticos a través del desamor: no hay nada más reapropiable y que llegue más directa al alma que la música.
«Ese hombre que tú ves ahí, que aparenta ser divino, tan afable y efusivo, solo sabe hacer sufrir… (Sigue, Rocío, sigue.) Es un gran necio, un estúpido engreído, egoísta y caprichoso, un payaso vanidoso, inconsciente y presumido, falso enano rencoroso, que no tiene corazón…». Hay que ser negacionista para obviar que la Jurado se la dedicó a su ex, el boxeador. Pero tú puedes cantarla contra el Estado opresor. ¿Y María Jiménez versionando a Chavela Vargas en "Con golpes de pecho"? Berréala contra Espanya y contra Frantzia: se me está acabando lo buena que soy... Nadie canta mejor la denuncia política desde el despecho amoroso que México. Igual que podemos hacer nuestra, hoy más que nunca, a Edith Piaf cuando declaraba «Non, je ne regrette rien».
Rata de dos patas
Todo pueblo sufre por sus revoluciones frustradas y México canta sus dolores políticos a través del desamor: no hay nada más reapropiable y que llegue más directa al alma que la música.
