Ainhoa Güemes eta Zaloa Basabe Blog
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Merci François Hollande?

Zaloa Basabe

   Con estos titulares celebraban algunos periódicos malienses la vista del presidente del Estado francés a su recién atacado territorio. Raro. Muy raro.  Y es que el pez se equivoca si cree que el pescador ha venido a darle de comer.

    Está claro que si lo que movía a las tropas galas era una irrefrenable fiebre de humanismo frente a la barbarie, se la podía haber curado en casa. El autor de numerosos ensayos sobre la relación de Francia con sus ex-colonias, Brahim Senouci, escribía en un interesante artículo que “si Francia tuviera todavía un ápice de compasión por sus antiguas colonias, la manifestaría en primer lugar con relación a sus trabajadores clandestinos (pero que pagan sus impuestos) surgidos de estas mismas colonias y que han huido de la miseria generosamente legada por sus antiguos amos. Si se guiara realmente por el humanismo, los integraría en la sociedad en vez de perseguirlos por los pasillos del metro”.

  De todas es sabido que los franceses no abandonan tan fácilmente sus colonias; si el tango nos decía que veinte años no son nada... ¿qué son 52 en el tablero del viejo continente? Una gripe mal curada. Y si, además, esa ex colonia tiene uranio, metal utilizado para la elaboración de armas y la producción de energía nuclear (de la que la vecina France es gran conocedora) y, encima, es el tercer país productor mundial de oro... pies de tropas, para qué os quiero.

   Todo esto lo sabemos, vale, pero ¿sabemos mucho más sobre lo que supone realmente para los hombres y las mujeres de Mali este ataque? Es más, ¿ sabemos qué ha sido de ellos, y sobre todo, de ellas durante este más de medio siglo?

 ¿Qué opinión tiene la verborraica e inane Izquierda oficial europea al respecto? La misma Izquierda que, sin mojarse demasiado, participa en manifestaciones por la liberación del pueblo saharaui, ¿cómo es que tan pocas veces se ha acordado de sus vecinos  y vecinas de abajo?

 

   Es cierto que la realidad política de Malí es compleja. Desde el golpe militar de marzo del 2012 los conflictos entre tuaregs y combatientes de Ansar Dine (otro grupo islámico) se han recrudecido y esto ha dejado un saldo aproximado de 260.000 personas refugiadas y un total de 200.000 desplazadas con más de tres millones de personas en riesgo de morir de hambre. Muy grave. ¿Pero sabemos cuál es la realidad que esconde estos números, el impacto que estas cifras tiene sobre las mujeres malienses, principales víctimas del conflicto?

 

Antes de caer en la tentación (muy europea y etnocentrista, muy de clase) de opinar por ellas y elucubrar sobre sus máximas preocupaciones, podemos recurrir a las palabras de Aminata Traoré,  una de las líderesas feministas malienses más conocidas internacionalmente, cuya voz se ha alzado en muchos foros sociales y  otros encuentros para denunciar los aspectos negativos de la globalización y las políticas del Banco Mundial. Ella lo  tiene claro: la doble moral patriarcal militarista, que tan bien sabe vender la ideología prebélica del enemigo terrorista, no va a dudar en colocar a las mujeres en primera línea de guerra.

Si la situación de las mujeres en Malí ya es de por sí preocupante (y esto sí que da para otro post : ablación institucionalizada, matrimonios obligados, altas tasas de pobreza y exclusión social, negación de derechos básicos), la invasión de tropas militares va a multiplicar su vulnerabilidad de forma exponencial.

Obviando las voces de las mujeres feministas malienses que, por extraño que pueda parecer a algunas europeas, llevan décadas organizadas con importantes logros a sus espaldas, mujeres enroladas en el espectro de la Izquierda oficial europea han escrito estos días artículos en los que sostienen que la invasión militar puede traer beneficios para las “pobres mujeres malienses”. A estas alturas de la película, son muchas las mujeres africanas conscientes de la instrumentalización  de la violencia patriarcal que se ejerce sobre ellas para justificar la injerencia y las guerras causadas por la  codicia de los países europeos y EEUU.

  Si recordábamos, al principio de este artículo, que el pez se equivoca si cree que el pescador ha venido a darle de comer… ¡ cuánto más lo sabrá LA PEZ! Las mujeres de la micro resistencia (como dice Traoré)  saben bien que la macro dominación no traerá su salvación.

 Ahora bien, ¿lo sabe la Izquierda europea?

 

 

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