Xandra  Romero
Nutricionista

Comentarios a evitar alrededor de la mesa

Todavía inmersos en días festivos que tampoco han sido como de costumbre, seguro que hay algo que nunca ha faltado alrededor de la mesa o cuando saludamos a ese conocido o familiar que no vemos a menudo: el comentario de turno sobre los cuerpos ajenos o sobre la manera de comer de otras personas. Tenemos muy arraigado el hecho de creernos libres de comentar, sin que nos lo pidan, la forma del cuerpo de alguien (menores incluidos) y la forma en la que comen (sobre todo menores).

Comentarios como ‘qué cuerpo has echado’, ‘cómo te has puesto’, ‘tienes el mismo cuerpo que tu padre’, ‘eres de muslos grandes, como la familia de tu madre’, ‘deberías hacer más ejercicio’, ‘estarías más guapo con algún kilito de menos’, ‘esta niña siempre ha sido una malcomedora’, ‘¡qué guapo estás! Cómo se nota que te has cuidado’ y un largo etc. Estos comentarios, aunque no sea esa la intención, llevan implícito un juicio de valor; estamos juzgando si el cuerpo o forma de comer de esa persona es válido según nuestro criterio propio (subjetivo) o no, y esto, dependiendo de la relación que nos una, puede afectarle en mayor o menor medida. Por ejemplo, los niños y adolescentes, que aún no tienen una personalidad definida, que nos tienen a los adultos como referencia de lo que está bien o mal, pueden asociar ante estos comentarios que están haciendo algo malo si comen ‘mucho’ o si, por el contrario, comen ‘poco’. Que si alguien señala su cuerpo con algún comentario de este estilo, significa que deben cambiarlo, porque no es un cuerpo válido ni aceptado. Que a un menor se le diga de forma constante lo ‘gordito’ o ‘flaquita’ que está o lo ‘tragona’ o ‘malcomedor’ que es, es ponerle una etiqueta de por vida, es fomentar que ese niño, adolescente y adulto futuro, aprenda que es más importante la cifra de la báscula que la salud, y que es importante para que los demás le acepten.

Es importante evitar frases como ‘este alimento o comida es sano/ no saludable’ delante de alguien que ha variado mucho de peso en los últimos meses, que ha tenido dificultades en su relación con su cuerpo y la comida o que sea un dietante crónico (lleve a dieta toda la vida). Las categorizaciones polarizadas sobre los alimentos son perjudiciales para algunas personas porque tienden a tener patrones de pensamiento de tipo blanco y negro. Comentar lo bien que se ve alguien porque ha perdido peso, sin saber cómo lo ha hecho, si su salud mental se ha resentido... es reforzar positivamente una conducta, que muy a menudo, es de riesgo. El 85% de las personas con un trastorno de conducta alimentaria no están desnutridos al punto de que sea evidente para los demás.

Echemos mano de lo que concluyen los estudios científicos al respecto: En el reciente estudio publicado en la revista ‘Nursing and Health Sciences’ y titulado «Comentarios relacionados con el cuerpo experimentados por mujeres jóvenes chinas: un estudio transversal», los objetivos fueron comprender la frecuencia y el tipo de comentarios relacionados con el cuerpo que recibieron las universitarias chinas, por parte de quién, y sus asociaciones con el índice de masa corporal (IMC), la satisfacción corporal, las motivaciones del cambio corporal y las conductas de control de peso poco saludables. Participaron 236 mujeres. Los resultados mostraron que las estudiantes universitarias chinas recibieron comentarios relacionados con el cuerpo con mayor frecuencia de sus amigos, seguidos de sus padres y parejas. Si bien la frecuencia de recibir estos comentarios no se asoció con el IMC, las frecuencias más altas se asociaron con una mayor motivación para perder peso / grasa y practicar conductas de control de peso poco saludables. Además, los comentarios positivos relacionados con el cuerpo de las parejas sentimentales se asociaron con una mayor motivación para ganar peso / músculo y / o mantener el peso. Asimismo, los comentarios positivos de los amigos se asociaron con una mayor satisfacción corporal.

Publicado en la revista ‘Eating and Weight Disorder’ en 2017, «No comas tanto: cómo se relacionan los comentarios de los padres con la satisfacción con el peso de la mujer» es un estudio retrospectivo que evalúa cómo los comentarios recordados de los padres sobre el peso o los hábitos alimenticios de una hija se relacionan con su IMC de adulto y la satisfacción con su peso. Dicho estudio se llevó a cabo en 501 mujeres jóvenes de entre 20 y 35 años. Los resultados del estudio fueron que los comentarios de un padre sobre su peso infantil se relacionaron con su peso y su insatisfacción corporal como adulto. Incluso entre las mujeres jóvenes de peso normal con pesos similares, aquellas que recordaron a sus padres comentando sobre su peso estaban más insatisfechas con su peso corporal. Por el contrario, los comentarios sobre sus hábitos alimenticios no se relacionaron significativamente con la insatisfacción con el peso.

Por lo tanto, el objetivo es crear un ambiente y entorno seguro al elegir cuidadosamente las palabras, evitando hacer comparaciones y valoraciones sobre imagen corporal o forma de comer.