Xandra  Romero
Nutricionista

Postres «fit», ¿sí o no?

Si estas navidades has pensado en cambiar tu costumbre de hacer dieta milagro por incluir más comida ‘sana’ en tu mesa, incluyendo los postres, déjame adelantarte que quizá tampoco sea buena idea. Existe un boom de lo fit; quieres un postre y tiene su versión healthy que, al final, es una versión del mismo postre que tiene un halo saludable que muchas veces nos lleva a error.

Si nos dan a elegir entre una pieza de fruta o bizcocho fit hecho con aceite de coco y endulzado con dátiles, seguramente muchos elijan la segunda opción. Esto supone que se desplace el consumo de fruta y, por más que nos lo quieran vender así, no es lo mismo, nutricionalmente hablando, comer lo uno o lo otro.

Un consumo importante de trufas healthy hechas de cacao puro y coco o barritas fit con avena y panela o bizcochos con dátil... nos aleja de llevar una alimentación saludable.

La mayoría de las veces, se cae muy poco en la cuenta de que el problema no es comer algo no saludable, sino que mientras comemos eso, ¿qué otros alimentos estamos dejando de comer? Pues lo mismo ocurre con los postres healthy o fit.

Ninguna recomendación actual, ninguna guía alimentaria especifica que deba consumirse este tipo de alimentos para mejorar o asegurar una dieta adecuada. Sin embargo, todas y cada una de las guías alimentarias que existen nos dicen que como mínimo debemos comer 5 raciones de fruta y verdura al día.

Que no nos pase con estos postres lo mismo que con los edulcorantes artificiales, cuyo consumo se popularizó por estar exentos de calorías y hoy, años y años de consumo masivo después, nos encontramos con sendos estudios que indican no solo que pueden no ser útiles para el control del peso, sino que encima pueden perjudicar justamente a las personas que sufren obesidad.

El consumo de edulcorantes artificiales provoca el aumento del apetito, según un estudio publicado en la revista especializada ‘Cell Metabolism’ hace algunos años.

Los edulcorantes generan un efecto en la parte del cerebro que estimula el apetito y alteran las percepciones del gusto, según el estudio. Pero la principal aportación de este estudio fue que explican por qué sucede tal fenómeno, con la identificación de la red neuronal que responde al endulzamiento artificial y que dice al animal que necesita comer más porque no ha obtenido suficiente energía.

Así, a pesar de tener menos calorías, los edulcorantes hicieron incrementar el peso en los animales estudiados.

Y justamente este año se publicaba una investigación similar llevada a cabo en humanos para evaluar esto mismo, concluyendo que las bebidas que contienen el edulcorante artificial sucralosa pueden aumentar los antojos de comida y el apetito en las mujeres y las personas obesas, lo que a su vez puede dar lugar a un mayor consumo de calorías. El estudio, publicado en la revista ‘JAMA Network Open’, es uno de los más amplios realizados hasta la fecha para examinar los efectos de un edulcorante artificial sobre la actividad cerebral y las respuestas al apetito en diferentes grupos de la población.

Por eso, y aunque los edulcorantes artificiales se desarrollaron como sustitutos del azúcar para ayudar a reducir la resistencia a la insulina y la obesidad, los datos de modelos animales y humanos sugieren que los efectos de los edulcorantes artificiales pueden contribuir al síndrome metabólico y la epidemia de obesidad. Los edulcorantes artificiales parecen cambiar la microbiota del huésped, reducir la saciedad y alterar la homeostasis de la glucosa, y están asociados con un mayor consumo de calorías y aumento de peso.

Los edulcorantes artificiales se comercializan como una alternativa saludable al azúcar y como una herramienta para bajar de peso, del mismo modo que hoy se sustituyen los postres de toda la vida por su versión menos calórica y más saludable, pero, cuidado, que nos puede pasar lo mismo.

De modo que, el mejor consejo es que procuremos comer comida de calidad, hacer una ingesta suficiente y comer de forma intuitiva. Y si queremos comernos un postre, elijamos los originales y hagamos un consumo consciente y adecuado de ellos.