Gorka Ikatza

La gozosa versatilidad del patxaran navarro

No parece haber constancia de que Ernest Hemingway conociera el patxaran durante las diez ocasiones en las que estuvo en Nafarroa. De lo que no hay duda es de que si lo hubiera probado, tras aquello de «mi mojito, en La Bodeguita», habría escrito: «… y mi patxaran, navarro».  

Sorbete de patxaran, dulce (o no) y refrescante.
Sorbete de patxaran, dulce (o no) y refrescante. (Idoia Zabaleta | Foku)

Durante sus estancias en Cuba, Hemingway se hizo ferviente aficionado al ron y a los mojitos de La Bodeguita del Medio, que disfrutaba con doble ración del destilado de caña. De haber  conocido el patxaran navarro, seguro que en sus visitas a Iruñea se le habría ocurrido sustituir el ron cubano por el licor navarro para poder seguir disfrutando de sus mojitos pero en versión autóctona.

Parece que el premio Nobel de literatura no tuvo en aquel entonces la idea, pero alguien sí que la alumbró tiempo después y en la actualidad los mojitos de patxaran navarro son ya un cóctel consolidado que se expande con dimensión internacional.

Precisamente estos días se está promocionando en la ciudad alemana de Frankfurt el mojito de patxaran navarro, de la mano de Turismo de Navarra y Reyno Gourmet y elaborados por Carlos Rodríguez y Diana Díez, de la empresa Catering Cock.

¿Cómo se prepara el trago? Pues es igual de sencillo que un mojito clásico cubano pero cambiando su base alcohólica de ron blanco por patxaran. Esto es, 50 ml. de patxaran navarro, 30 ml .de zumo de lima, hielo picado y hierbabuena, dejando la incorporación de zumo de naranja como opción.

Comenzaríamos haciendo la base del mojito, machacando contra el fondo de un vaso ancho la hierbabuena para que las hojas suelten sus aceites y aroma. Luego, hielo picado y sobre él el patxaran navarro y el zumo de lima; además del de naranja, si así se prefiere.

Se prescinde de azúcar porque el patxaran navarro aporta ya suficiente dulzor; pero si se es muy goloso o golosa, sólo habría que añadir algo de azúcar al hacer la base del mojito.

Al igual que su compañero cubano, este mojito navarro se bebe con pajita, para que no moleste el hielo picado. Para decorar, se pueden poner unas hojas de hierbabuena o incluso una brocheta de cítricos.

Hay también un cóctel denominado Hemingway Pamplona que, vista la receta, suena a auténtico txupinazo

Siguiendo el reclamo de Hemingway, hay también un cóctel de patxaran navarro denominado Hemingway Pamplona, que se prepara en coctelera sacudiendo con energía hielo macizo para enfriar, cuatro partes de patxaran navarro, tres y media de vodka y dos y media de zumo de limón. Así expresado, suena a txupinazo.

Hemingway, en su salsa en iruñea. (Iruñeko Udala)


El patxaran navarro ha cruzado ya las fronteras de Euskal Herria y son muchos los lugares en los que se ha incorporado al mundo de la coctelería, superando con amplitud el concepto clásico de copa o txupito de patxaran. Y es que no sólo es un licor muy versátil y tiene un formidable ensamble en formato mojito o similar, sino que también va estupendo, por ejemplo, en sorbete.

Preparación

En La Terraza, en la Plaza del Baluarte de Iruñea, Carlos Rodríguez Félix prepara un sorbete de cítricos con patxaran navarro que habría hecho que Hemingway cambiara de establecimiento de referencia para sus tragos en nuestra capital histórica.

Carlos Rodríguez Félix, con su sorbete de patxaran. (Idoia Zabaleta | Foku)

Al tratarse de un sorbete, emplea bolas de sorbete de mandarina o de limón, según gustos. «En caso de que lo quieran más dulce, recomiendo el de mandarinas – comenta-; y si, en cambio, quieren el trago más ácido o cítrico, utilizamos el de limón».

Además del sorbete a elección y patxaran navarro, este trago también lleva zumo de lima, zumo de naranja y, si se dispone de ello, pomelo rojo.

Para preparar un sorbete para entre cuatro y seis personas se introducirán en el vaso de una batidora o robot de cocina cuatro bolas de sorbete de mandarina o limón, según la preferencia, una lima exprimida y dos naranjas también exprimidas; además de pomelo, «que no es imprescindible, pero aporta su gracia», apunta Carlos Rodríguez. Luego irían seis cubos macizos de hielo y 250 ml. de patxaran navarro.

Para quienes hagan este sorbete en casa, el orden de incorporación de los ingredientes en la batidora tiene su importancia: «En ocasiones, las batidoras domésticas no tienen potencia suficiente y se agarran junto a las hélices del vaso mezclador, por lo que es mejor echar primero los ingredientes líquidos y el helado de sorbete y, por último, el patxaran y el hielo», aconseja Carlos Rodríguez.

«Una vez batidos y triturados todos los ingredientes – continúa-, lo servimos en copas divertidas, vistosas y lo acompañamos con pajitas eco». Se decora con una brocheta de frutas hecha con gajos de los cítricos y algún fruto rojo, como mora, frambuesa o arándanos.

Estudió hostelería en Burlata y su último proyecto, además de la empresa Catering Cock, ha sido La Terraza by Carlos Rodríguez y Diana Díez, junto al Baluarte, un establecimiento que abrió hace cinco años y en el que lo mismo se puede disfrutar de un formidable cóctel que de un plato de alta cocina con productos navarros.

En el Estado español ha sido en varias ocasiones campeón de cocktails y Gin&Tonic en diferentes modalidades, además de representante en concursos y eventos internacionales en lugares como Las Vegas, Montevideo, Londres o París, entre otros. Precisamente, estos días está en Frankfurt, en el Museumsuferfest, haciendo disfrutar a los alemanes con el mojito de patxaran; navarro, por supuesto.

Endrinas en su mata.


Uno de los factores en los que incide particularmente este bartender navarro es en la importancia de que el patxaran sea de Nafarroa. Y es que el patxaran de Navarra es el único que garantiza plenamente la calidad del licor, así como que está macerado con endrinas 100% navarras sin emplear ningún aditivo, aromatizante o colorante.

Al igual que otros muchos licores, si no todos, el patxaran comenzó siendo un medicinal casero para dolencias estomacales

Al igual que otros muchos licores, si no todos, el patxaran comenzó siendo un preparado medicinal casero para dolencias estomacales. A la propia reina Blanca de Navarra se lo recetó su médico cuando cayó enferma en 1441, aunque en la Corte del Viejo Reyno navarro ya se servía desde bastante antes en banquetes y bodas, como en la del hijo de Carlos III de Navarra, en 1415.

Han pasado más de 600 años desde aquella boda real y aún no se ha restablecido el Estado navarro. Mientras se persevera en ello, y bien sea como lenitivo frente al dolor histórico o como estimulante, la gozosa versatilidad del patxaran navarro nos puede aportar un necesario paréntesis lúdico.