Gorka Ikatza

Fernandito, el abrazo italo-argentino

Es de sobra conocida la relación más que cultural entre Italia y Argentina, pero quizás no lo sea tanto el que un cóctel la representa: Fernando, o Fernandito. Y si ponemos de fondo la canción de Abba, entonces el hermanamiento se nos hace global.

Fernandito hermana a Italia y Argentina, de lo medicinal al cóctel.
Fernandito hermana a Italia y Argentina, de lo medicinal al cóctel. (Wikimedia Commons)

Hace ahora un siglo, los emigrantes italianos llegaban a Argentina buscando un horizonte para sus vidas, algo que no podían encontrar en una Italia en la que el fascismo avanzaba y los derechos de la clase trabajadora eran pisoteados. Entre sus pocas pertenencias, y quizás por llevar algo cuyo sabor les recordara su país, había botellas de Fernet-Branca, un amaro o licor amargo y aromático hecho con cerca de una treintena de diferentes hierbas y especias maceradas en aguardiente de uva.

Ya en territorio argentino, el consumo de Fernet se fue extendiendo, hasta el punto de que la empresa italiana que lo producía, Fratelli Branca Distillerie, construyó una destilería en Buenos Aires para poder cubrir la gran demanda argentina. En la actualidad, Argentina copa el 75% del consumo mundial de Fernet-Branca y tiene dos destilerías en la Reina del Plata.

Póster promocional de Fernet-Branca a principios del siglo pasado. (Wikimedia Commons)


El licor amaro debe su nombre al doctor suizo Fernet y al boticario italiano Bernardino Branca.

Allá por 1840, en Milán, Branca preparaba un bebedizo contra los problemas digestivos, el cólera y la malaria que el doctor Fernet recetaba a sus pacientes, con notable éxito, al parecer.

Pocos años después, el boticario propuso al doctor hacer un licor con la misma fórmula y comercializarlo, lo que dio lugar a la marca Fernet-Branca. El contenido alcohólico era bastante alto, incluso superior al 45%. En la actualidad no supera los 40 grados.

La fórmula completa del Fernet-Branca sigue siendo secreta, pero se sabe que incluye mirra o quinina

 

La fórmula completa, aún hoy, sigue siendo secreta, pero se sabe que entre sus veintisiete componentes están la mirra, un excelente dilatador del estómago que estimula los jugos gástricos, y también la quinina, utilizada desde hace siglos contra la fiebre alta.

El licor se deja envejecer durante un año en barricas de roble croata.

Para dar un poco más de misterio a los orígenes del licor, se da la circunstancia de que el doctor Fernet se desvaneció sin dejar rastro y nunca se ha sabido de familiar alguno que reclamara nada. Tras su desaparición, la empresa pasó a denominarse Fratelli Branca Distillerie, aunque conservó la marca como Fernet-Branca.

Del boticario al bartender

La cuestión es que en la Argentina de principios de los años 70 del pasado siglo a alguien se le ocurrió la brillante idea de echar Coca Cola al Fernet-Branca. El éxito del combinado fue fulgurante y la popularidad de la mezcla se fue extendiendo a tanta velocidad que está ya considerada como el cóctel nacional argentino. La International Bartenders Association, IBA, lo más reputado de la coctelería mundial, lo reconoció oficialmente en el año 2020 dentro del capítulo de «bebidas de la nueva era» con el nombre de Fernandito.

Hay bastante coincidencia en señalar a la ciudad de Córdoba, la segunda más grande de Argentina, como la cuna geográfica del Fernando o Fernandito; aunque también hay quienes sitúan el natalicio en Buenos Aires. En cualquiera de los casos, lo que sí parece claro es que fue en Córdoba donde primero se extendió la costumbre de mezclar Fernet con Coca Cola y que luego ya, en Buenos Aires, particularmente en la animada noche bonaerense, la popularidad se desbordó hasta convertirse, según algunos, en el trago favorito de toda la nación.

En Córdoba (Argentina), el Fernando se prepara hasta en cazuela. (Getty)

En la actualidad, en cualquier lugar de Argentina y a cualquier hora Fernandito sigue triunfando lo mismo en ambientes relajados que en las nocturnas «horas de fiebre y orgía» a las que cantara Carlos Gardel.

Y es que es un trago muy versátil que sirve como aperitivo para estimular el apetito antes de una comida y también como digestivo tras una pesada cena; además, por supuesto, de como bebida refrescante. Incluso hay quienes aseguran que es bastante mejor que el Bloody Mary para las resacas porque quita el dolor de cabeza, algo bastante cuestionable ya que su impacto alcohólico es considerable.

Fernandito es agridulce, mentolado, herbáceo y refrescante, todo en uno

Fernandito es agridulce, mentolado, herbáceo y refrescante; ligeramente amargo y ligeramente dulce con toques herbales y cítricos y su sabor no se disipa al momento de tomarlo sino que permanece en el tiempo. Dependiendo de la cantidad de Fernet que se aplique, el trago puede ser liviano e inocente o un auténtico pelotazo lujuriante que entra formidablemente bien, de ahí el escondido peligro que entraña.

Preparación

Al margen del conocido gusto de los argentinos por los tragos amargos y de la indiscutible universalidad de la Coca Cola, quizás el factor más determinante para la rápida popularización de este cóctel sea lo extremadamente fácil que es prepararlo. Es tan sencillo como mezclar en un vaso grande, sobre mucho hielo, Fernet-Branca y cocacola. Sin preliminares ni ceremonias.

La receta oficial de la IBA precisa: «Vierta 50 ml de Fernet-Branca en un vaso doble Old Fashioned con hielo, llene el vaso con Cola. Revuelva suavemente».

Esta sería la estricta ortodoxia, pero luego está el gusto de cada cual para la cantidad de amaro o el tipo de vaso, para lo que, en última instancia, vale cualquiera suficientemente grande.

En este cóctel cabe incluso la más creativa heterodoxia, pues si en Nueva York uno o una se anima a pedir un Fernando la Coca Cola puede estar acompañada lo mismo de Martini Dry que de Martini Sweet; o también de Galliano, un licor italiano dulce con sabor a anís y vainilla.

Es de suponer que esta última versión estará dirigida al personal más goloso, ya que si la Coca Cola es de por sí dulce, mezclada con un licor también dulce puede dar como resultado una combinación no precisamente explosiva sino empalagosa.

De lo que no parece haber constancia es de que en Suecia combinen su Svensk Bitter, o Amargo Sueco, con Coca Cola, por lo que si nos acercamos a la península nórdica y decimos Fernando lo más probable es que no nos pongan un trago sino la canción de Abba.

 

Una canción que, por cierto, es de amor pero no romántico. Se trata del monólogo de un veterano de guerra frente a su compañero de armas: «...las estrellas brillaban, Fernando/ Brillaban por ti y por mí/ por la libertad, Fernando/ Aunque nunca pensamos que podríamos perder/ no hay arrepentimiento/ Si tuviera que hacer lo mismo otra vez/ lo haría, amigo mío, Fernando».

El tema de Abba es una rememoración, pero tampoco es cosa de dejar pasar el tiempo antes de darle un detonante al cuerpo animándose a probar un Fernandito, que dada la simplicidad de su preparación está al alcance de cualquiera.