El dirigente del PP ha analizado la situación política y económica vasca en una entrevista concedida a Efe en la que ha puesto de relieve que su partido aspira a ser «un factor de moderación y centralidad» en la CAV.

Se ha mostrado convencido de que «Euskadi no está en condiciones de estar seis meses sin gobierno o con un Ejecutivo haciendo encuestas para ver en qué momento le conviene» convocar las elecciones, una situación que ha considerado «muy peligrosa» en este momento de «recesión económica».

Ha advertido también del «riesgo de radicalización en la política vasca» con un frente PNV-Bildu, ante el cual el PP pretende ser «un contrapeso a ese exceso nacionalista».

«Vemos esa tentación de radicalización del discurso del PNV de volver a las andadas de Ibarretxe, de intentar dar gusto permanentemente a los más radicales», y si es así, ha dicho, «tendrá en frente» a su partido.

«Queremos al lehendakari del PP, a Antonio Basagoiti», que apuesta por «la integración, por que se respete a la gente nacionalista y no nacionalista», pero si Urkullu logra la presidencia del Ejecutivo de Gasteiz y va en esa línea «podrá llegar a acuerdos» con su partido, ha asegurado.

Preguntado por si se sienten más cercanos de Urkullu o de Patxi López a la hora de pensar en posibles pactos, ha indicado que lo están «de la gente que no quiere que aquí haya broncas, divisiones» y de quienes «no se lleven un disgusto porque la selección española gane la Eurocopa».

Respecto al PSE, ha opinado que están «en un discurso partidista y no proponen ningún tipo de alternativa para el futuro del País Vasco».

«Podemos pactar con ellos pero si se acercan al centro, que es donde nosotros queremos estar», ha adelantado.