El encuentro se ha producido en la residencia de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, donde vive Benedicto XVI desde que renunció al papado el 28 de febrero pasado y a donde ha viajado Francisco, diez días después de ser elegido pontífice.
El papa Bergoglio ha partido del Vaticano a mediodía en un helicóptero que ha aterrizado en el helipuerto de la residencia pontificia un cuarto de hora después.
Allí le esperaba, apoyado en un bastón, el Papa Ratzinger y ambos se han fundido en un abrazo.
La imagen de estos dos pontífices, ambos vestidos de blanco, ha sido un acontecimiento sin precedentes en la historia de la Iglesia católica.