La victoria por la mínima del presidente «encargado» ha sido respondida por la derecha con un acelerón en su escalada. Una opción que ya se barajaba desde el cierre de los colegios. Después de que Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), anunciase el ajustado triunfo (Maduro apenas aventaja a Capriles en 234.935 votos), las celebraciones se desataron en los barrios de Caracas, especialmente en zonas como el 23 de Enero.

En el este, feudo opositor, las calles permanecían vacías, a la espera. Al mismo tiempo, desde primera hora de la noche, seguidores bolivarianos tomaban las calles adyacentes a Miraflores, tal y como había solicitado el jefe del comando Hugo Chávez, Jorge Fernández, ante las amenazas de la derecha de desconocer el resultado electoral.

Nicolás Maduro ya se ha mostrado dispuesto a un nuevo recuento, aunque ha exigido respeto para las instituciones. Tras comparecer ante los medios, será proclamando ante el CNE y, posteriormente, celebrará un acto público en la plaza Caracas, en el centro de la capital venezolana.

A esa misma hora, los fieles de la derecha tienen convocada una protesta en la plaza Altamira, tradicional escenario de sus manifestaciones. En las redes sociales, el ala más derechista ha llamano a sus partidarios a avanzar desde esta emblemática plaza hasta la sede del CNE, ubicada en el mismo lugar en el que Maduro estará rodeado de sus fieles. Una cercanía que podría provocar choques directos.