El Gobierno de Al Asad lanzó una gran ofensiva sobre los barrios de la periferia de Damasco controlados por la oposición provocando la muerte de cientos de personas. Los rebeldes han denunciado la muerte de 1.400 personas mientras otras fuentes las cifran en cerca del medio centenar. La oposición ha difundido vídeos en los que se muestra a gente aparentemente afectada por armas químicas y ha acusado a Bachar Al Asad del uso de estas, extremo negado por el Gobierno sirio y Rusia.

El ejecutivo de Al Asad sí ha confirmado el ataque y ha afirmado que consiguieron «importantes logros sobre el terreno frente a la insurgencia». Fuentes oficiales hablan de «el mayor ataque desde que comenzó el conflicto».

La oposición acusa a Al Asad de haber usado armas químicas en esta ofensiva, extremo negado por el propio ejecutivo y también por Rusia, que ha catalogado las informaciones de «bulo».

La mayoría de los Gobiernos europeos y el estadounidense han exigido una investigación de cara a exclarecer lo sucedido y el Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido con carácter de urgencia para analizar lo sucedido.

Expedición de la ONU en Siria

El ataque ha ocurrido mientras una delegación de la ONU investiga ataques supuéstamente químicos anteriores. Este hecho ha sido subrayado por el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexandr Lukashévich, que ha afirmado que «nos enfrentamos a una provocación planeada», además ha añadido que «a favor de esta versión está que el ataque criminal a las inmediaciones de Damasco fue perpretado justo en el momento en el que la misión de expertos de la ONU inició con éxito su trabajo».

Otro portavoz Ruso, Lonid Kaláshnikov, afirmó que Siria «no está interesada en provocar a las fuerzas externas» y agregó que «no es el primer intento de Occidente en relación a Siria, es un viejo truco que se probó en Irak».

Vídeo difundido por la oposición siria