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Movimientos diplomáticos mientras Crimea rompe amarras con Kiev

Ucrania calificó ayer de «declaración de guerra» el movimiento de tropas por parte de Rusia en Crimea, mientras espera los próximos movimientos tanto de Moscú como de sus aliados occidentales. EEUU elevó el tono al amenazar a Rusia con excluirle del G8, una posibilidad que Alemania rechaza al tiempo que trabaja la opción del despliegue de una misión de observadores internacionales para impulsar el diálogo político que favorezca una solución a la crisis.

Ucrania se declaró ayer «al borde de la catástrofe» tras la «declaración de guerra» de Rusia y parecía haber perdido completamente el control de la península de Crimea, mientras seguía la cascada de declaraciones, más o menos firmes, de las potencias occidentales y sus aliados, que intensificaron sus movimientos diplomáticos para tratar de buscar una salida a uno de los conflictos más con Moscú desde el fin de la Guerra Fría.

«Si el presidente Putin quiere ser el presidente que inicie una guerra entre dos países vecinos y amigos, entre Ucrania y Rusia, conseguirá su objetivo dentro de poco. Estamos al borde del desastre», dijo el nuevo primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk.

«Esto es la alerta roja, no es una amenaza, esto es en realidad una declaración de guerra a mi país», afirmó Yatseniuk sobre la presencia militar del Ejército ruso en Crimea.

El primer ministro hizo, además, un llamamiento el domingo a la comunidad internacional. «No existe ninguna razón para que la Federación de Rusia invada Ucrania», afirmó Yatseniuk, que llamó a la comunidad internacional a detener la guerra. «Creemos que nuestros socios occidentales y de toda la comunidad mundial apoyarán la integridad y la unidad territorial de Ucrania y harán todo lo posible para detener el conflicto militar», indicó tras acusar a Rusia de «provocaciones».

Ese apoyo a la unidad territorial del país ha sido una constante en las insistentes declaraciones de EEUU y la UE, pero que no parece que vayan a ir más allá. Al menos eso se desprende de un comentario del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, quien ayer reveló cuál es la única opción militar realista e inmediata que Washington contempla, si la escalada continúa: «Los ucranianos saben pelear», dijo.

De hecho, la intromisión militar rusa en territorio de Ucrania parece mesurada: unos miles de soldados suficientes para ocupar Crimea. Una ampliación de esa operación militar se encontraría con las Fuerzas Armadas y las reservas movilizadas por Ucrania, y quizá con el respaldo al otro lado de la frontera de Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Hungría, todos ellos miembros de la OTAN.

Y es que esta crisis ha llegado en un momento en que EEUU parece cansado de guerras y en medio de un giro geopolítico que prioriza la región Asia- Pacífico, por lo que antepone las medidas políticas y económicas a las militares.

El propio embajador ucraniano ante la ONU, Yuri Sergeyev, aseguró que Kiev se está preparando para defenderse de Rusia y anunció que pedirán la ayuda de otros países si las tropas rusas amplían sus acciones militares.

La autorización del Senado a Vladimir Putin para enviar tropas de estabilización a Crimea causó gran revuelo en el ámbito internacional, pero la inicial escalada de tensión, principalmente verbal, fue atemperándose con insistentes llamadas al diálogo y a la contención.

EEUU, Gran Bretaña, Canadá y Estado francés anunciaron que no acudirán a las reuniones preparatorias de la cumbre del G8, que se celebrará en junio en Sochi y Washington elevó su tono al amenazar a Rusia con ser excluida de ese foro, algo que rechazó el ministro alemán de Exteriores, Frank.Walter Steinmeier, al considerarlo el «único foro de diálogo» directo de Occidente con ese país.

La canciller alemana, Angela Merkel, planteó, además, a Putin el envío de una «misión de observación», posiblemente liderada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), para iniciar un diálogo político, una propuesta que fue aceptada por el mandatario ruso, según Berlín.

En la misma conversación en la que Merkel insistió en que es «inaceptable» la actitud de Rusia en Crimea, el presidente ruso le aseguró que sus últimas medidas respecto a Ucrania son «absolutamente proporcionales a la situación extraordinaria creada» en ese país debido al auge ultranacionalista y la amenaza para la vida de la población rusófona.

La declaración de Yatseniuk fue emitida después de que su Gobierno ordenara la movilización de sus reservistas y el cierre de su espacio aéreo a vuelos comerciales, aunque el presidente interino, Oleksandr Turchynov, dijo confiar en que se pueda hallar una solución «pacífica» a la crisis tras denunciar el bloqueo de las unidades militares ucranianas en Crimea por parte de las tropas rusas.

Las autoridades fronterizas ucranianas trasladaron buques guardacostas de los puertos de Kerch y Sebastopol, en la península de Crimea, hasta Odesa y Mariupol, lejos de esta zona, ante el intento de militares rusos de tomar el control de la zona.

La televisión difundió imágenes del avance de un convoy de camiones militares rusos por la carretera que une la ciudad de Simferopol, capital de la república semiautónoma de Crimea, desde Sebastopol, donde tiene su base la Flota rusa del Mar Negro.

En Kiev, cerca de 50.000 personas se reunieron en la plaza de la Independencia para desafiar a Rusia, arengados por el expresidente georgiano Mijail Saakashvili. «Nosotros no nos ren- diremos», gritaban. «Estamos listos para defender a Ucrania con las armas en la mano», aseguraba Miroslav Storojenko, un empresario kievita de 27 años.

Mientras, las autoridades prorrusas de Crimea comenzaron a tomar el control de la península y se disponen a romper amarras con Kiev en la consulta prevista para el 30 de marzo. El presidente, Vladimir Konstantinov, anunció ayer que «vamos a plantear la cuestión del cambio de estatuto de autonomía de Crimea al de estatuto estatal. Y sobre esta base planeamos construir relaciones con el poder central sobre principios contractuales».

Su primer ministro, Serguei Axionov, anunció la creación de la Marina de Guerra de esta república autonomía, al mando de la cual se puso al contralmirante Denis Berezovshki, desde el sábado al frente de la Marina ucraniana y que ayer juró lealtad a Crimea y fue cesado fulminan- temente por negarse a luchar con las ropas rusas.

La OTAN pide el despliegue de observadores internacionales

La OTAN pidió ayer el despliegue de observadores internacionales en Ucrania para solucionar de forma pacífica la crisis que vive en país, al tiempo que apeló a Rusia a retirar sus tropas y llamó a mantener abierta la puerta del diálogo con Moscú.

«Nosotros llamamos a las partes a buscar inmediatamente una solución pacífica a través del diálogo, y el despliegue de observadores internacionales, ya sea bajo los auspicios del Consejo de Seguridad de la ONU o de la OSCE», declaró el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, quien también pidió a Rusia que respete la integridad territorial de Ucrania.

Los representantes permanentes de la OTAN se reunieron primero en el seno del Consejo del Atlántico Norte, la más alta autoridad de la Alianza, y luego con el embajador ucraniano, Ihor Dolhov, a petición de Kiev.

Mostró su «preocupación» por la autorización, por parte del Parlamento de Rusia, para el empleo de sus Fuerzas Armadas en Crimea, y llamó a Rusia a «rebajar las tensiones» y respetar sus acuerdos internacionales, a devolver sus tropas a sus bases y a abstenerse de toda injerencia en Ucrania. GARA

Los tártaros crimeos en Turquía denuncian el«terrorismo» ruso

La Asociación de tártaros de Crimea en Turquía calificó ayer de «actividad terrorista» la ocupación del Consejo de la república autónoma ucraniana de Crimea por parte de grupos armados rusos y considera «inaceptable e ilegítima» la decisión de celebrar un referéndum sobre el futuro de Crimea, tomada «bajo la opresión de un grupo armado».

Asimismo, la asociación turca de los tártaros insistió en la integridad de Ucrania y reclamó el apoyo de la diáspora para oponerse a actos violentos y mantener el imperio de la ley.

Los tártaros, un pueblo túrquico que forma una minoría en la península de Crimea, donde goza de ciertos derechos políticos como colectivo étnico indígena que fue deportado en los años del estalinismo en la URSS, siempre han mantenido buenas relaciones con el Estado turco, y éste muestra cierta actitud de «potencia protectora» hacia ellos. GARA

EMIGRACIÓN

Unos 675.000 ucranianos han emigrado a Rusia entre enero y febrero de 2014, según informó el Servicio Federal de Migraciones ruso y recogió RIA Novosti. La tendencia se agudizó especialmente en febrero, cuando la emigración hacia Kursk creció un 71% y hacia Rostov del Don un 53%.