Según ha explicado Danilo Rueda en la comparecencia realizada en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación de Bogotá, hace ya una semana pidieron al presidente, Juan Manuel Santos, que incluya a las víctimas dentro del Consejo Nacional de Paz que ha anunciado y «nos dé una silla en La Habana».

Esta propuesta nace, según explican, desde las propias comunidades que «han sido víctimas de múltiples violaciones, que han sido desplazadas de los territorios por actuaciones de militares y paramilitares en áreas de confrontación entre el Estado y las guerrillas y que han regresado a sus territorios en medio del conflicto armado interno construyendo propuestas de habitabilidad digna, de espacios humanitarios de distinción como población civil, de recuperación y protección ambiental y de reparación colectiva».

A través de esta comisión de la verdad, que proponen que se prolongue durante cinco años, desean establecer las «verdades» del conflicto y la implicación de sectores como la Iglesia católica, la empresa privada, los partidos políticos en el conflicto, así como los nexos del Ejército con el tráfico de drogas en las zonas bajo su control y los métodos de financiación de las guerrillas.

Desde La Habana

Por otra parte, en el reinicio de los diálogos, las FARC han vuelto a insistir en la urgente necesidad establecer una «comisión de esclarecimiento de las causas y responsabilidades del conflicto», sin la cual, advierten de que «no podría abordarse el decisivo asunto de víctimas y máximos responsables». «No se trata de colocar contra pared al Estado, ni de desatar insolubles consecuencias judiciales, ni cacerías de brujas, sino de establecer el cuadro completo de los horrores de la violencia y las consecuencias de la respuesta popular, para una vez establecida la verdadera historia de lo ocurrido en seis décadas de confrontación fratricida, puedan las partes encontrar una salida, necesariamente política», ha remarcado el jefe de la delegación guerrillera, Iván Márquez, ante los medios.

«Ningún protagonista de los horrores de la contienda puede pretender pasar de agache. No hemos venido a La Habana a negociar impunidades», ha remarcado, adelantando que ya han «colocado en manos del Gobierno un paquete de propuestas para que frente a este tema, las víctimas, las partes contendientes y la opinión, queden plenamente satisfechas con un acuerdo que por fin nos saque del infierno de la guerra».