Aritz INTXUSTA

Deprisa, deprisa, que en Iruñea ya no falta casi nada

Iruñea se retoca para los sanfermines. Son horas de estrés total. Alde Zaharra bulle de actividad con repartidores de aquí para allá, mientras por la tarde los bares trabajan a destajo con la llegada de los primeros turistas. También se viven protestas contra las agresiones machistas y las políticas de UPN.

Las barras de metal entrecruzadas se levantan en la Plaza del Castillo como los huesos del esqueleto del gran escenario, con el frontal plagado de logotipos de publicidad. Las calles están limpísimas por los ríos de lluvia de un aguacero que no quiere cesar y que está presente en todas las conversaciones. Las puertas de los bares lucen abiertas de par en par y los bidones de cerveza entran rodando hasta colmar los almacenes y, cuando el espacio se queda corto, se apelotonan junto a las paredes del local. El Ayuntamiento ya ha colocado los contenedores rojos por todas las calles, así como los baños públicos que, de momento, permanecen cerrados con paneles de madera, aunque puede que haya que abrirlos antes de tiempo, por eso de que el tentador día 5 de julio cae hoy, sábado. De hecho, ayer viernes, en Alde Zaharra había ambientazo por la tarde, con mucho foráneo poniéndose a tono y catando bares.

Los bazares chinos han llevado a su escaparate las camisetas blancas con estampaciones de toros poco logrados sobre manchurrones de sangre rojo chillón, a cada cual más llamativa, fea y barata. Las tiendas de más arraigo optan por la insípida camiseta con el cartel de este año. Las botas de vino de goma emulando a las de Tres Zetas se han colado ya hasta en las tiendas de golosinas, que han sustituido en sus neveras las naranjadas por más litronas y sangrías de digestión más que dudosa.

Como cada año, un grupito de gitanas abordan a los despistados transeúntes en cualquiera de los accesos a la plaza del Castillo, especialmente en las calles Xabier y Txapitela, lanzánoles piropos. «¡Guapa!», «Sí, tú, guapetón», les lanzan. Y al menor despiste, ¡zas!, le encajan una ramita de romero. Mínimo dos euros por pardillo que dude un instante. Junto a la Plaza del Ayuntamiento, un clarinetista del Este versiona la lambada a una velocidad endiablada.

Todo el mundo tiene prisa. Prisa para las compras, prisa para trasladar de casa en casa comida, bebida, unas sillas..., o prisa para hacer las maletas y escaparse de la ciudad a cualquier lado. Y prisa también para no mojarse, sobre todo durante la mañana, cuando cayeron chuzos de punta. Desde bien pronto, llegan autobuses y trenes a la ciudad. Se ha habilitado hasta una dársena de refuerzo. Vienen llenos y parten vacíos. También los trenes descargan gente, ya que ayer dio comienzo la operación especial que durará hasta el día 14, con un total de 99.600 plazas para fiesteros. Para hacerse una idea, el trayecto entre Barcelona e Iruñea lo realizan cuatro trenes por sentido al día. Durante las fiestas, son 15 trenes en cada dirección. Pese a todo, extrañamente sigue siendo una de las formas menos menos populares de acercarse a Iruñea y solo la emplea el 9%. Dos de cada tres usa el coche y el 20%, el autobús.

Un segundo desembarco, no tan grande pero que se hará notar, se está produciendo en los campings de Allotz, Ezkaba y Mendigorria. Son los touroperadores que esperan a mañana para soltar en Alde Zaharra a manadas de australianos y neozelandeses, que pasan unos meses sabáticos en Londres antes de elegir carrera. Como las nefastas predicciones del tiempo se acaben cumpliendo, van a acabar achicando agua de las tiendas.

Para dar cabida al gentío, desde ayer las escuelas de San Francisco volvieron a convertirse en una consigna. También se cumplió con el rito de cambiar la imitación de la imagen del santo, que en 1978 donaron las Peñas, por la buena. Desde por la mañana, el pequeño San Fermín de la hornacina de la cuesta de Santo Domingo -esa a la que le cantan los corredores del encierro antes de que suelten a los astados- ya es auténtica, y no la que tanto retratan los turistas durante el resto del año.

Por la tarde las nubes dieron paso a un espléndido día de sol. En los bares de Alde Zaharra se trabajó fuerte desde la hora de la comida. Si el poteo mañanero había comenzado tibio, por la tarde había ambientazo desde primera hora. Copazo va, copazo viene, las calles se fueron animando. Las puertas de las peñas estaban entreabiertas y la gente descansaba del estrés con la tranquilidad de tener un día no laborable antes de que el cohete lo desordene todo.

Este fin de semana previo viene bien al pequeño comercio del centro de la ciudad. Según los datos que ofreció esta semana el Ayuntamiento, el gasto diario medio un día de San Fermín es de 109,44 euros. Pero gracias a los turistas. Los que menos gastan son los navarros, que no llegan a los 90 euros, porque se lo ahorran en alojamiento y tienen más contactos. Por contra, los extranjeros superan los 150 por día de fiesta.

Por otro lado, Iruñea también vivió ayer una jornada de reivindicación. Por la tarde, partió una manifestación desde la antigua estación de autobuses y convocada por Iruñea Askatasunez, bajo el lema «Entre todos hacia una nueva Iruñea». Ya casi a medianoche había otra protesta programada por un colectivo de mujeres contra la violencia sexista y que prometían que, estas fiestas, «el miedo va a cambiar de bando». Hoy habrá más protestas contra la represión policial.

 

Eufórico Jai gune, tras el S.O.S. del jueves

Las cosas no pintaban nada bien el jueves en el inmenso auzolan que está levantando el Jai Gune en el parque de La Runa. No había suficiente gente para cubrir los turnos de barra y, para colmo, llovía a mares y el espacio estaba convertido en un lodazal. Gora Iruñea lanzó un aviso por las redes sociales, amenazando con no abrir varios días por falta de gente. Faltaban más de mil voluntarios. «La respuesta ha sido espectacular, tenemos cientos de correos sin responder», confesaba ayer GARA, Xabi Gartzia, portavoz de la organización. «Hemos recibido mensajes de gente que se apunta a currar ella sola todos los días, y propuestas desde Bilbo diciéndonos que montan un autobús entero y se plantan aquí sesenta a hacer turnos de barra o lo que haga falta», aseguró. «Está más que claro que la gente quiere participar en la fiesta, que el compromiso que existe en el movimiento popular llega a emocionar». En cuanto a las malas perspectivas meteorológicas, Gora Iruñea se las toma con filosofía: «Eso no está en nuestra mano. Si hay que cerrar un día concreto, pues se cerrará. Lo que está claro es que tenemos infraestructura y voluntarios. Solo falta que la gente baje».

Eugi y el miedo a que los toros «se escapen nadando»

Ayer tuvo que hacerse un parón por la mañana en las visitas a los toros que ya descansan en los Corralillos del Gas. La lluvia caía con fuerza y los toros chapoteaban entre charcos. Mientras se oían rumores de que no había «plan B» para los astados en caso de inundación y cundían bromas como «ojalá los toros se escapen nadando», llegó la confirmación de que la CHE iba a abrir el pantano de Eugi. La riada entonces bajaba fuerte, con el Arga arrastrando ramas y a un par de metros de subirse por las orillas. Al final, todo quedó en un susto. Aunque en el Jai Gune sentó mal que nadie les avisara.