
Holanda ha obtenido, con un lugar en el podio del Mundial que el técnico Louis Van Gaal casi despreciaba y que para el capitán de la vapuleada selección de Brasil, Thiago Silva, era una cuestión «de honor», una apuesta que el fútbol más laureado del planeta también ha perdido en su propia casa.
Aunque no ha sido tan profundo, el naufragio brasileño ha comenzado más temprano que en el escandaloso 1-7 de Alemania en semifinales.
Con solo dos minutos de juego, Van Persie ha buscado la primera carrera de Robben, que ha sido interrumpida por un claro agarrón de Thiago Silva que el árbitro argelino Djamel Haimoudi ha considerado dentro del área y ha sancionado con penalti.
Amarilla para el capitán brasileño, que no jugó en el fatídico 1-7 frente a Alemania por sanción, gol de Van Pierse cuando nadie había sudado todavía y Brasil otra vez con los nervios a flor de piel e incapaz de reaccionar con algún orden.
Con esa madrugadora ventaja, Holanda ha cedido espacios y se ha dedicado a su especialidad. Aguantar atrás para sorprender con velocidad a la contra.
Brasil buscaba en medio del área la estatura de Jo, que hoy ha jugado en lugar de Fred, pero el delantero del Atlético Mineiro no ha llegado nunca y los centros iban de un lado al otro sin encontrar nada.
La sólida línea de cinco defensas formada por Van Gaal no pasaba por demasiados sustos, pero cada balón que llegaba a Robben o Van Pierse sumía en pesadillas a Thiago Silva, David Luiz y compañía.
Y el fantasma de la goleada alemana en semifinales se ha despertado en el minuto 17, cuando De Guzman, que ha reemplazado a un Sjneider que se ha lesionado en el calentamiento, ha escapado por la derecha, ha centrado y el mal despeje de David Luiz lo ha recogido Blind para volver a batir a Julio César.
Ha cundido la desesperación en la selección brasileña, ha desaparecido el poco juego de conjunto que había y el equipo de Scolari ha apostado por la individualidad.
Lo ha hecho con Oscar, una de las frustradas promesas de buen fútbol de la Canarinha en este Mundial, y también con Maicon, pero el muro holandés ha sido más fuerte.
Los cambios que ha introducido Scolari, que además de Fred ha sentado a Hulk y al lateral Marcelo, no han funcionado y mucho menos servían para resolver el serio problema en el mediocampo de Brasil, un sector en el que nadie crea, nadie engancha y, peor aún, nadie marca.
Felipao ha tratado de mejorar las cosas en la segunda etapa con el ingreso de Fernandinho en lugar de Luiz Gustavo. Ha logrado un poco más de movilidad, pero cada uno de los muchos balones perdidos en la medular parecía el inicio de una nueva goleada, que esta vez no ha sido.
Sobre el final, en un postrero intento, Scolari ha querido apelar a la potencia de Hulk, que ha entrado por Ramires, pero tampoco ha funcionado y Holanda ha vuelto a golpear y ha anotado el 0-3 en el minuto 90, a través de Wijnaldum.
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