GARA

Rusia promete acabar con un conflicto que sigue cobrándose vidas en Ucrania

Vladimir Putin aseguró ayer desde Crimea que Rusia hará todo lo que pueda para poner fin al conflicto en el este de Ucrania, donde los combates sigue cobrándose decenas de vidas civiles en Lugansk y Donetsk. Moscú pidió a las autoridades ucranianas y a los separatistas prorrusos que declaren un alto el fuego para garantizar la seguridad del convoy ruso con ayuda humanitaria para la población en la zona de conflicto.

«Vamos a hacer todo lo que de nosotros depende para que este conflicto termine cuanto antes», afirmó el presidente ruso, Vladimir Putin, en referencia al conflicto en el este de Ucrania, durante un acto con parlamentarios rusos en el puerto de Yalta, en la península de Crimea.

Putin subrayó que Ucrania «se ha sumido en un caos sangriento, en un conflicto fratricida» y que «en el este se ha producido una gran catástrofe humanitaria». «Han muerto miles de personas, cientos de miles se han convertido en refugiados y han perdido literalmente todo», destacó en relación a la situación humana en las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk, escenario de cruentos combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes prorrusos que en las últimas horas dejaron decenas de muertos.

Sus palabras coincidieron con la polémica creada por el envío de un convoy con ayuda humanitaria desde Rusia con destino a Lugansk, una ciudad que lleva dos semanas sin agua ni luz y donde permanecen 250.000 de sus 420.000 habitantes.

La columna de más de 260 camiones con más de 2.000 toneladas de cereales, azúcar, alimentos para niños, medicinas, sacos de dormir y generadores eléctricos, que las autoridades de Kiev y algunas potencias occidentales sospechan que podría llevar armas para los rebeldes, llegó ayer a la frontera ucraniana, donde esperaba la autorización para entrar en Ucrania. La ayuda será distribuida por la Cruz Roja Internacional, que solicitó a Moscú una relación detallada del cargamento.

Ayer Rusia pidió a las autoridades ucranianas y a los separatistas prorrusos que declaren un alto el fuego para garantizar la seguridad de un convoy ruso.

En su discurso en Crimea, Putin negó que quiera «aislar» a Rusia y dijo que su Gobierno debe trabajar «sin romper relaciones con los aliados», pero advirtió de que Moscú no se quedará de brazos cruzados ante quienes actúan de forma «insolente» o «tutorial».

EEUU y la Unión Europea, entre otros, han impuesto sanciones a Rusia por su apoyo a los separatistas del este de Ucrania, medidas que Putin calificó de «infundadas» e «ilegales». En respuesta a esos castigos, Moscú prohibió de la entrada al país de productos agroalimentarios de los países sancionadores, una decisión que Putin defendió ayer en Yalta en «apoyo a los productores domésticos y abrir nuestros mercados a los países y productores más dispuestos a cooperar con Rusia».

Su viceprimer ministro, Arkadi Dvorkovich, anunció ayer que Rusia modificará la lista de alimentos vetados para no perjudicar a quienes sufren alergia o diabetes y asegurar las materias primas para garantizar la competitividad de la producción nacional.

Por su parte, la Comisión Europea tiene previsto proponer la próxima semana ayudas para determinadas verduras perecederas como los pepinos y los tomates, en dificultades tras el veto ruso.

La Rada Suprema de Ucrania aprobó ayer un proyecto de ley, que aún debe ser promulgada por el presidente, Petro Poroshenko, que da luz verde a la imposición de hasta 29 tipos de sanciones contra Rusia, que incluyen la posibilidad de prohibir el tránsito de los hidrocarburos que Moscú exporta a Europa.

En el centro de Donetsk

Sobre el terreno, las tropas leales a Kiev atacaron con artillería pesada y aviación ayer el centro de la ciudad de Donetsk, matando al menos a dos civiles. Durante los últimos cuatro días al menos 76 civiles han muerto en los combates registrados en la región homónima. En Lugansk, otro bastión rebelde, 22 civiles murieron por el impacto de proyectiles en un autobús, una tienda y varios edificios de apartamentos. El Ejército informó de la muerte de nueve soldados en 24 horas.

Además, ayer, el líder de la República Popular de Lugansk, Valeri Bolotov, anunció su «dimisión temporal» por una herida de bala que recibió en mayo y de la que no se ha recuperado. También renunció el comandante de los insurgentes en la región de Donetsk, el ruso Igor Strelkov, que ostentaba el cargo de ministro de Defensa, para desempeñar otra «importante labor».

Kiev permite la gestión de sus gasoductos a empresas de EEUU y UE

La Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania aprobó ayer la ley que permite la venta del 49% del futuro operador que gestionará todos los gasoductos del país a inversores de EEUU y la Unión Europea (UE). El Gobierno de Kiev obtuvo la luz verde para crear dos operadores participados por inversores de EEUU y la UE que tendrán derecho a la «dirección, concesión o arriendo» de los gasoductos, por un lado, y de los depósitos subterráneos de gas ucranianos, por otro. La propiedad del sistema y almacenamiento del gas natural, sin embargo, queda en manos del Estado.

La ley, adoptada por 228 de los 450 diputados, fue aceptada tras varios intentos fallidos del Gobierno. La reiterada negativa de los diputados a dar luz verde a ésta y otras impopulares leyes provocó el 24 de julio la dimisión del primer ministro, Arseni Yatseniuk, rechazada días después por la Rada.

Ese día, UDAR y Svoboda, dos de los tres partidos que integraban la coalición parlamentaria que sostenía el Gobierno, rompieron la alianza y abrieron la puerta a la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.

El presidente Petro Poroshenko, podrá disolver el Parlamento y convocar elecciones legislativas a partir del próximo 24 de agosto si no se constituye antes una nueva mayoría parlamentaria.

Con casi todas las formaciones de la Rada de acuerdo con la convocatoria de comicios, los parlamentarios no han sido capaces hasta hoy de consensuar una reforma de la ley electoral. GARA