Mario Fernández ha destacado que los tres últimos exámenes de «nuestras cuentas hemos salido vencedores». Ha anunciado que «tenemos un exceso de provisiones de 800 millones netos», que el director general ha concretado en 901 millones brutos. Ambos han justificado el excedente tan importante, que ha detraído recursos a la Obra Social y otras actividades, en la necesidad de garantizar la prudencia porque «somos ya un banco europeo desde el 1 de enero y desde el 4 de noviembre nos controlará el BCE».

El presidente de Kutxabank se ha mantenido en su línea de dar entrada a inversores privados, como ya había comentado anteriormente, y ha asegurado que con las transformaciones de las cajas de ahorros en fundaciones bancarias privadas «conservamos el derecho a decidir». Ha anticipado, sin embargo, que esta semana o la próxima el Banco de España va a fijar en una circular las cantidades que serán necesarias para el fondo de compensación en caso de que las fundaciones bancarias quieran mantener una posición dominante en el capital social o desinvertir y permitir la entrada de inversores privados en el plazo de cinco años.

El presidente de Kutxabank ha dicho que expondrá las posibilidades a las tres fundaciones bancarias, una vez que entren en funcionamiento. A su juicio, cabe la posibilidad de salir a Bolsa o decidir «de una manera controlada» esa desinversión, que siempre ha situado en un 70% del capital de Kutxabank. Esa decisión, según ha señalado, permitiría invertir «en acciones de Iberdrola para garantizar la Obra Social».

Un año «perdido»

Sobre la Obra Social ha indicado que las circulares del Banco de España determinan que no se puede destinar más del 25% del dividendo; sin embargo, en la circular de 2014 se habla de recomendación y se explicita un porcentaje de solvencia, que Kutxabank supera en los tres test de estrés que se han realizado, como han confirmado los máximos responsables de Kutxabank en la rueda de prensa que han ofrecido en Bilbo.

Por ultimo, los responsables de la entidad han criticado que «hemos perdido un año discutiendo sobre el sexo de los ángeles» en relación a la conversión en fundaciones bancarias privadas. Mario Fernández ha defendido que «es una obligación» y ha pasado de puntillas sobre la propuesta de la Diputación de Gipuzkoa «que llega a la conclusión de que es necesaria la fundación ordinaria». A su juicio, «no se podía hacer, porque estamos obligados», aunque a lo largo de su comparecencia ha admitido que el nuevo escenario supone que las fundaciones bancarias no tengan el capital dominante.