Ion SALGADO GASTEIZ

El Libro de la Dispersión ha comenzado a «rodar» por el mundo

Sare presentó ayer en Gasteiz el Libro de la Dispersión, que recoge un análisis jurídico, social y humano sobre esta medida carcelaria de excepción. La red ciudadana espera distribuir 500.000 ejemplares en todo el mundo.

«Han pasado muchos años desde que el poder se ensañó con los presos vascos y ha llegado la hora de enfocar nuestra conciencia, generalmente también dispersa, y de realizar un movimiento armonizado y delicado, casi artístico, para dibujar y crear el retorno añorado». Estas palabras, pronunciadas por el escritor Patxi Zubizarreta, resumen el objeto social de Sare, que ayer presentó en el museo Artium de Gasteiz, donde se dieron cita 40 invitados, el Libro de la Dispersión. Un escueto documento, escrito en euskara, castellano, francés e inglés, que detalla las dramáticas consecuencias de la política de dispersión penitenciaria.

En el prólogo, la escritora y autora del mismo, Castillo Suárez, remarca que «pese a tener derecho a cumplir el castigo que se les ha impuesto en la cárcel más cercana a su entorno social y afectivo, los presos vascos son alejados a cárceles situadas a cientos de kilómetros. Con esa política, además de violar los derechos básicos de los presos, se les impone un castigo suplementario a sus familiares y amigos, condenándolos cada fin de semana a realizar agotadores y peligrosos viajes de miles de kilómetros para hacer una visita de apenas cuarenta minutos».

El Libro de la Dispersión nace para acabar con esta situación gracias a la implicación de la ciudadanía y al trabajo de los sarekides, convertidos en el primer eslabón de una larga cadena que tocará a su fin el próximo 19 de abril. Para entonces Sare espera haber repartido 500.000 ejemplares a lo largo y ancho del planeta. «Con este libro enseñaremos al mundo qué es la dispersión», destacaron cuatro jóvenes, que invitaron a colaborar en su difusión a todas las personas «comprometidas con los derechos humanos, la solución y la paz».

Una invitación que ya han hecho suya personas de diversa procedencia ideológica, del ámbito sindical y del tejido asociativo, académico y cultural. Ayer en la pinacoteca gasteiztarra se dieron cita, entre otros, Gorka Urtaran (PNV), Kike Fernández de Pinedo (EH Bildu), Iker Urbina (Amaiur), José Navas (Ezkerra), Txotxe Andueza (LAB), Izaskun Abaigar (Etxerat), Alfonso Ríos (CCOO), el neurólogo Luis Galdós, el pintor Juan Mieg, la profesora Laura Mintegi, el catedrático Iñaki Lasagabaster y Axun Lasa y Mikel Muñagorri, ambos víctimas del GAL.

Ellos y ellas son la semilla de una planta que irá creciendo de forma exponencial en las próximas semanas, cuando tome fuerza la distribución del libro.

A este respecto, la actriz Belén Nevado, que se encargó de repartir ejemplares a los presentes, destacó que el Libro de la Dispersión «ya está rodando». Tras leer el libro, en el que se incluyen textos de Lasagabaster, de la politóloga Jule Goikoetxea y del bertsolari Igor Elortza, las personas pueden convertirse en una «parte activa» del proceso y colaborar en su difusión.

En una cuartilla se detalla que el Libro de la Dispersión «no tiene dueño. Quiere viajar, mano a mano, por todo el mundo, y compartir con el mayor número de ciudadanos posible la realidad de la dispersión que vienen sufriendo las presas y presos vascos, así como sus familiares y amigos durante 25 largos años».

«Te invitamos a compartir el reto de difundir 500.000 ejemplares de este libro, un libro claro, con un formato diferente y que quiere ser un instrumento útil. Útil para compartir una información directa, pero sobre todo para reivindicar que los derecho humanos de estas personas sean respetados. ¡Y que todo el mundo tome conciencia de ello!», añade.

Un análisis judicial, social y humano de la dispersión

El Libro de la Dispersión analiza los efectos de esta medida de excepción desde un punto de vista jurídico, social y humano. El primer texto, escrito por Iñaki Lasagabaster, estudia las vulneraciones legales de la dispersión. El catedrático sostiene que esta viola los derechos fundamentales de los presos, en concreto el derecho a la intimidad y a la vida familiar, reconocido por el Convenio Europeo de Derechos Humanos y Libertades Públicas, por la Constitución española y por otras normas de inferior rango.

Por su parte, la politóloga y profesora Jule Goikoetxea aborda la dimensión social de la dispersión. Subraya que el objetivo de los estados español y francés es «convertir al preso político en preso común. Y el método para conseguirlo consiste en obligar a sus familiares y amigos a hacer viajes de 1.200 kilómetros cada semana, ocasionándoles un gasto mensual de 1.600 euros». Además, afirma que a los presos vascos «se les obliga a vivir fuera de su pueblo, aumentando con ello el aislamiento que ya de por sí conlleva la cárcel. Se pretende evitar el apoyo social a los presos, no solamente alejando el régimen de internamiento/reclusión y visitas del control de las instituciones públicas vascas, sino también conculcando el derecho de los presos a la defensa, haciendo que los viajes de abogados sean imposibles de financiar».

Junto a estos textos, el bertsolari Igor Elortza expone las consecuencias de la dispersión desde el lado humano. Unos dramáticos efectos que padeció en primera persona hace siete años. «La misma semana en la que nació nuestra hija, su tía fue encarcelada en la prisión de Fleury, cerca de París», recuerda antes de narrar los problemas a los que tuvieron que hacer frente para ir a visitarla. «Todo eso para que la recién nacida pudiera estar durante una hora escasa en brazos de su tía. Para que le cambiara los pañales, le hiciera reír y le besara. Nos causaba tristeza, impotencia y rabia tener que dejar a su tía allí, a miles de kilómetros de casa», concluye. I.S.