El lanzamiento del misil se produjo a última hora de la tarde de ayer en el distrito de Sangin, en la provincia de Helmand, cuando los asistentes a la fiesta celebraban el primero de los dos días de la boda, destinado sobre todo a mujeres.

La Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha asegurado que el Ejército afgano lanzó desde un puesto de control tres misiles y uno de ellos impactó contra una «casa civil».

«Pido a las autoridades afganas que investiguen este terrible incidente y tomen las medidas necesarias para evitar que se repitan. El lanzamiento indiscriminado de misiles en áreas con población civil está prohibida bajo la ley humanitaria internacional», ha sentenciado un alto representante de la UNAMA, Tadamichi Yamamoto.

Un portavoz talibán, Yosuf Ahmadi, ha asegurado que «los misiles fueron lanzados por las fuerzas de seguridad y lo condenamos», y ha añadido que en el lugar se celebraba el casamiento de un hijo de un líder tribal.

«Ocho mujeres y doce niños fueron asesinados y 62 más resultaron heridos. Algunos cadáveres todavía permanecen bajo los escombros de la casa destruida», ha detallado Ahmadi.

Testigos presenciales han corroborado la versión de los talibanes y la ONU, según ha afirmado a Efe el portavoz del gobernador provincial, Omar Zwak, quien tras el envío de un equipo de investigación ha confirmado también que «el Ejército lanzó los misiles, aunque la causa del incidente aún no está clara».

Tanto la ONU como el portavoz del gobernador de Helmand han fijado el número de heridos en 45, y este último ha aclarado que las víctimas fueron trasladadas a un hospital de Lashkarga, la capital provincial, «algunas de ellas en situación crítica».

Sólo el Gobierno central de Afganistán ha evitado culpar a las fuerzas de seguridad de lo ocurrido.

Mientras el presidente afgano, Ashraf Gani, ha mostrado a través de un comunicado sus «más profundas simpatías a las familias de las víctimas» y ha pedido que se investigue el ataque y se de asistencia a los afectados; el Jefe del Ejecutivo, Abdullah Abdullah, acusó a los talibanes de lo sucedido.

Gani y Abdulá emitieron sendos comunicados tras participar en una ceremonia en Kabul que de manera oficial formalizaba la entrega por parte de la OTAN del control total de la seguridad del país a las fuerzas afganas, después de trece años de misión multinacional, la ISAF.

El total de víctimas civiles en el conflicto afgano aumentó en 2014 un 19% con respecto a 2013, con 3.188 muertos y 6.429 heridos, según datos facilitados por la ONU.