El pontifice empleó este domingo el término «genocidio» para referirse a la muerte de centenares de miles de armenios por parte del Imperio Otomano entre 1915 y 1917.
El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, ha manifestado que «el genocidio es un concepto legal» y que «las declaraciones del papa revelan una discriminación de los musulmanes y turcos frente a los cristianos», ya que según su versión no hubo una política de exterminio contra los armenios, sino una «guerra civil» con numerosas muertes por ambas partes.
Por ahora, el Gobierno de Ankara ha llamado a consultas a su representante en el Vaticano, pero no descarta adoptar nuevas medidas. «Desgraciadamente se ha instrumentalizado la historia con fines políticos. Antes que nada, un religioso debe dar un mensaje de hermandad, paz y tolerancia ante el auge del racismo, la discriminación, la xenofobia y la intolerancia», ha argumentado el ministro de Exteriores.
Ante el enfado turco, el Papa Francisco, durante la celebración matutina de la misa en la capilla de la Casa Santa Marta, ha defendido que el camino de la Iglesia es el de la «franqueza», el de «decir las cosas con libertad. No podemos callar ante lo que vemos u oímos».