Tras aterrizar de madrugada en el aeropuerto José Martí, Hollande ha comenzado su agenda oficial concediendo la legión de honor al cardenal Jaime Ortega, jefe de la Iglesia cubana, por «haber contribuido a abrir Cuba al mundo, al diálogo y al apaciguamiento», en alusión a la mediación con Estados Unidos.

También ha inaugurado la nueva sede de la Alianza Francesa y ha pronunciado una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de La Habana; momento este último que ha aprovechado para incluir algunos de los mensajes políticos que lleva bajo el brazo.

El presidente galo ha reiterado ante los estudiantes que es partidario de la «anulación» del embargo norteamericano, decretado en el año 1962. En este sentido, ha dicho que, para que la «apertura» de la isla pueda ser una realidad, es necesario la supresión de «las medidas que perjudican a su desarrollo».

La de Hollande es la primera visita de un presidente francés a la isla en más de un siglo y la primera de un jefe de Estado occidental desde que el pasado 17 de diciembre Castro y el presidente estadounidense, Barack Obama, anunciaran que ambos países van a reanudar las relaciones diplomáticas.

El propio Hollande ha recordado la importancia de esta visita durante su discurso. «Vengo como presidente de la República francesa pero también como representante de un miembro fundador de la Unión Europea, es Europa la que está presente hoy», ha añadido.

Reunión con Castro

Posteriormente Hollande ha mantenido un encuentro con el líder cubano Fidel Castro, según han informado fuentes diplomáticas francesas, que han añadido que la cita se ha prolongado por espacio de unos 40 minutos.