Maitane ALDANONDO

Innovación y colaboración para hacerse un hueco en el mercado

La cooperativa gasteiztarra AirEstudio comenzó como un proyecto y acabó convirtiéndose en un negocio independiente. Poco a poco, está tomando relevancia en el sector de la geoinformación y recientemente ha sido reconocida con el premio Emprender en Álava.

AirEstudio surge de la unión de dos empresas que, pese a ser competencia, decidieron colaborar para afrontar mejor la crisis. Desarrollaron herramientas que suponían una ventaja competitiva y vieron que daban pie a un proyecto común. Así, aunque no era la idea original, en 2013 formaron una cooperativa de tres socios con sede en el Centro de Empresas e Innovación de Araba, en Miñano, y siete trabajadores en plantilla. Como sus predecesoras, AirEstudio se dedica a las soluciones integrales en el ámbito de la topografía y la gestión de la información geográfica. El pasado diciembre recibió el premio Emprender en Álava que conceden la Diputación y el Ayuntamiento de Gasteiz.

Recogen datos relativos a un suceso medible en un punto geográfico concreto y un momento determinado. Lo hacen por tierra, mar y aire mediante sensores adaptables montados en plataformas como drones, bicicletas o coches. Basándose en esas tareas, desarrollan cuatro líneas de servicios: AirData, dedicada a la captura masiva de datos; AirMapping, centrada en la representación de la información; AirEfficiency, relacionada con la eficiencia energética; y AirDi, centrada en el desarrollo del I+D+i necesario para llevar a cabo las demás.

«Tratamos de diseñar sistemas de captura masiva de datos mediante un procedimiento adecuado, decidido por nuestro conocimiento, y que luego esos datos sean traducibles a información para que otros tomen decisiones de forma fácil», explica el director ejecutivo, Lorenzo Díaz de Apodaca.

Dan mucha importancia a la innovación, tanto por filosofía como por necesidad. «No tenemos mucha fuerza económica y, a nivel de recursos humanos, somos limitados en unidades. Tenemos que estar continuamente ingeniándonoslas para ser competitivos en el mercado. Sí o sí, tenemos que innovar en procesos y en todo lo que se nos ocurra», admite. El esfuerzo tuvo su reconocimiento en el premio que el SEA y el Parque Tecnológico de Araba les otorgó en 2014. Díaz de Apodaca considera que los galardones «reportan una gran motivación porque es un reconocimiento al trabajo. Generan confianza, algo de notoriedad y esto te da mayor oportunidad de llegar a determinados clientes, es un pequeño aval».

Sus clientes-objetivo son ingenierías, empresas de construcción, la Administración pública y la industria. Trabajan casi a nivel mundial y tienen proyectos en Perú y Costa Rica. Se dirigen ahora a Bolivia y al norte de África, y están presupuestando en Uruguay, «pero son cosas puntuales». Sus clientes son principalmente de la zona, de la CAV, y del resto de la Península, estando bastante bien posicionados en Madrid.

Provisionalidad normativa

El balance de estos primeros años que hace el responsable de AirEstudio es bastante positivo. «Para ser una start-up de libro, tenemos números positivos, que no es poco. Estamos dentro de lo que objetivamente podíamos pensar que podría ser. A uno siempre le gustaría que las cosas fueran mejor pero, viendo lo que hay alrededor, no podemos quejarnos demasiado».

La empresa cuenta con el apoyo de distintos programas de la Diputación y del Gobierno de Lakua, y también de capital riesgo por parte de varias entidades. El objetivo para este ejercicio es crecer y adquirir mayor presencia en el mercado estatal. Lo están empezando a hacer participando en jornadas como civilDron, conferencias de referencia celebradas la semana pasada en Madrid.

Además de las dificultades propias del emprendizaje, deben afrontar la influencia que la provisionalidad de la normativa tiene sobre este negocio: «Independientemente de nuestras capacidades técnicas y tecnológicas, no podemos especializarnos en algo muy concreto porque igual hoy lo podemos hacer y mañana no. La variación de la normativa nos hace estar cambiando casi de manera continua de plan de negocio». Cree que hay que generar confianza en el mercado y “aterrizarlo” porque «tiene más presencia en prensa que en negocio». Si bien el mercado potencial es muy grande, hoy día solo un 10% de esas potencialidades puede traducirse en negocio real debido, sobre todo, a cuestiones legislativas.

 

Contribuir a que «el tejido surja y fluya» mediante la cooperación

AirEstudio es la culminación de un proceso colaborativo y mantiene ese carácter ofreciendo su tiempo para asesorar y tutorizar proyectos de su área de conocimiento en entidades como Universidad del País Vasco, la Politécnica de Madrid o Eginbide. Como aclara su director general, Lorenzo Díaz de Apodaca, tratan de devolver parte de lo recibido: «Somos conscientes de nuestras limitaciones y de que nos están ayudando, y creemos que, dentro de que somos una empresa, tenemos la obligación de contribuir a que el tejido surja y fluya». Están orgullosos de esta labor y esperan que algún día alguien les diga que con aquello que le ayudaron a desarrollar ha montando una nueva empresa.