NAIZ
SAO PAULO

Rousseff, arropada por todos sus ministros al dejar la Presidencia, defiende su inocencia

Dilma Rousseff ha defendido su inocencia tras haber sido apartada del cargo por el Senado para ser sometida a un juicio político y, tras calificar de «farsa jurídica» lo ocurrido, ha denunciado que el nuevo Gobierno interino de Michel Temer carece de legitimidad porque no fue elegido en las urnas.

Dilma Rousseff ha comparecido arropada por sus ministros. (Evaristo SA/AFP)
Dilma Rousseff ha comparecido arropada por sus ministros. (Evaristo SA/AFP)

Arropada por todos sus ministros, Rousseff ha comparecido horas después de la decisión del Senado de someterla a juicio político para recordar que fue «elegida por 54 millones de ciudadanos» y para defender su «honestidad y dignidad», lamentando que se le está castigando por «un crimen que no cometí» y acusando a la oposición de haber buscado desde el principio apartarla del cargo.

Rousseff ha advertido de que está en juego «la voluntad soberana de los brasileños» y con ello la democracia y ha dejado claro que Temer, quien ocupará la Presidencia de forma interina durante un máximo de 180 días, carece de legitimidad para gobernar porque no fue elegido en las urnas.

Asimismo, ha prometido que luchará «con todos los instrumentos legales» en su poder contra su destitución y se ha mostrado convencida de que, al igual que en el pasado ha conseguido superar otros desafíos a los que la vida le ha enfrentado, también esta vez saldrá victoriosa. «Jamás voy a desistir de la lucha», ha concluido.

Si finalmente fuera destituida, Temer completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019. Al respecto, Rousseff ha indicado que «el mayor riesgo en este momento es que el país sea dirigido por los sin votos, aquellos que no fueron elegidos por la población y que no tienen legitimidad para enfrentar los desafíos»de Brasil.

«Tengo orgullo de ser la primera mujer electa presidenta de Brasil» y «lucharé con todos los instrumentos legales para ejercer mi mandado hasta el fin», ha indicado Rousseff, quien ha recordado que «el destino siempre» le reservó duros desafíos, como «el dolor invisible de la tortura» en las cárceles de la dictadura o el cáncer que le fue detectado en 2009.

«Conseguí vencerlos siempre, pero ahora sufro el dolor de la injusticia y lo que más duele es la injusticia, el percibir que soy víctima de una farsa jurídica y política» cuando «creía que ya no sería necesario volver a luchar contra un golpe».

«Nuestro pueblo sabe que la historia es hecha de lucha y que siempre vale la pena luchar por la democracia, que es el lado cierto de la historia», ha concluido.

Temer toma el mando

El hasta ahora vicepresidente ha asumido el lugar de Rousseff hoy mismo, sin ceremonias, debido a la condición de interino que ostentará mientras no se defina el futuro de la mandataria.

La notificación, firmada por el presidente del Senado, Renan Calheiros, faculta a Temer como presidente durante los próximos 180 días, período en el cual la Cámara Alta debatirá si destituye a Rousseff o vuelve al cargo.

La decisión del Senado se ha fundamentado en unas maniobras fiscales irregulares en las que el Gobierno incurrió en 2014 y 2015, que le permitieron presuntamente «maquillar» sus resultados y presentar números mejores que los que habría mostrado la realidad.

Según el Gobierno, esas maniobras no pasaron de meras «faltas» administrativas habituales en la administración pública brasileña y no podrían constituir razones para la destitución de un mandatario, por lo que el proceso no es más que «un golpe de Estado», como ha defendido Rousseff en numerosas ocasiones.