Elorrieta ha presentado este martes su libro ‘Una mirada sindical contracorriente’, en un acto en la sede de ELA en Bilbo, en el que ha estado acompañado por el actual secretario general del sindicato, Adolfo Muñoz, y al que han asistido numerosos compañeros del que fuera dirigente de ELA desde 1988 hasta 2008.

En palabras de Adolfo Muñoz, la publicación «ha gustado mucho» en el sindicato porque supone «una gran oportunidad» para conocer a ELA en un contexto de «durísima realidad que le toca vivir» al sindicalismo. La voluntad de la actual dirección, ha asegurado, es que el sindicato «no pierda nunca el norte» y ser «una organización abertzale y de contrapoder».

El libro, que Elorrieta ha escrito, abandonando su «vida de jubilado», en reconocimiento a «la cuarta generación de ELA por su tenaz lucha a favor de la clase trabajadora», parte de un análisis del actual contexto de «hegemonía del neoliberalismo, de derrota, pero en el que no hemos perdido la esperanza» y aborda una estrategia sindical «contracorriente contra el neoliberalismo, aunque solo sea por las consecuencias en términos de desigualdad que ha tenido».

El ex secretario general alerta de que «los neoliberales han destruido los espacios de intervención» del mundo sindical en una «estrategia de acoso y derribo ya planificada desde 1947» y en la que la UE, según ha señalado durante la presentación, «va marcando el patrón final».

En este sentido, ha cuestionado «cómo es posible» que se pregunte si ELA «es responsable» de que miles de trabajadores vascos permanezcan sin convenio, cuando «la responsabilidad única y exclusiva de pérdida de la negociación colectiva» es de la reforma laboral de 2012 que tenía por objeto «anular la virtualidad de la negociación colectiva».

Elorrieta lamenta, asimismo, el «síndrome de Estocolmo» que existe entre parte del sindicalismo europeo, con la premisa de que «el neoliberalismo es invencible y vamos a intentar capear el temporal». Ante este «panorama de resignación», ha subrayado que «claro que hay alternativa al diálogo social: buscar la legitimación de la clase trabajadora, presentarse con mucha modestia, diciendo lo que se puede conseguir y lo que no, intentando gestionar el miedo de la gente, que es mucho, y animando a la gente a que se organice».

ELA y LAB

La publicación dedica uno de sus cinco apartados a explorar el ámbito vasco, donde para Elorrieta lo que «más sorprende» es el hecho de que «no se ponga en valor la potencialidad de la mayoría sindical vasca», con un «perfil reivindicativo» que va «más allá de la empresa» y, en la medida de lo posible, «ocupa territorio y hace acción social y acción política», aunque se haga «la mayoría de las veces ELA por un lado y LAB por otro».

En cualquier caso, ha remarcado que ese «perfil de sindicato está homologado por aquellos por los que tiene que ser homologado, por los trabajadores» y no por «el poder político». En esta línea, ha criticado que el lehendakari, Iñigo Urkullu, sostiene que el sindicalismo tiene que estar «en el ámbito laboral» y pretende que haya «un pseudosindicalismo».

El ex secretario general de ELA defiende en su libro «la potencialidad de una convergencia», aunque «aceptando que hay las dificultades presentes» y que «los tiempos cambian», según ha indicado al ser preguntado si esta alianza debería ser similar a la que en su etapa al frente de ELA mantuvo con LAB.

En cualquier caso, ha insistido en que su apuesta es por «dos organizaciones, una estrategia» porque «no se trata de negar identidades colectivas muy arraigadas y muy legítimas». «Eso vale para la convergencia sindical y para la suma con otras organizaciones de mundo feminista, medioambiental, de la economía sostenible...», ha añadido.

Elorrieta apuesta por «una alianza» no solo sindical, sino también con «otras fuerzas sociales y políticas». A su entender, los «potenciales aliados» para el movimiento sindical son «todos los perdedores», entre los que los trabajadores «están perdiendo por goleada».

A su juicio, «hay un cuerpo para articular un bloque desde la izquierda que tenga una dimensión también política en clave soberanista».

De este modo, en su libro, insiste en que «el sindical es, sin duda, uno de los hechos diferenciales más desequilibrantes del actual panorama vasco para compactar, desde una perspectiva de izquierda, la reivindicación nacional y social en clave de movilización y posibilitar una articulación política que combinen, desde su plena autonomía, la lucha institucional y la lucha de masas».

Tras señalar que en los años 90 y con ELA y LAB «como eje» esta apuesta «resultó determinante», apunta que «la decisión unilateral de ETA de poner fin a la violencia armada en 2011, asumiendo la exclusividad de la vía democrática, facilita retomar un ensayo que la gestión neoliberal de la crisis convierte en absolutamente prioritario».

El exdirigente de ELA también analiza la postura del PNV, a quien ha criticado que sus «aliados» sean «el PP y el PSOE» y que «su acuerdo de relaciones laborales lo haga con la patronal, con CCOO y UGT, convirtiendo el ámbito vasco en un subsistema del español».