Rafael Alcorta, responsable del bufete desde el que se hicieron los pagos a Cabieces, ha asegurado que en este asunto fue «sujeto pasivo de una decisión de terceros». Según ha manifestado, la carga de trabajo procedente de Kutxabank «había aumentado mucho», por lo que solicitó un incremento similar al banco.

Ha añadido que un día el responsable de Recursos Humanos del banco, Fernando López de Eguilaz, le comentó, «ésta es la decisión del presidente. Tienes un nuevo colaborador». «Me quedé perplejo», ha dicho.

Alcorta ha asegurado que se sintió «frustrado» por la «imposición». También ha apuntado que López de Eguilaz le indicó que lo le iba a pagar el banco, y no le pareció «una cantidad llamativa».

También ha asegurado que Cabieces le garantizó que «estaba perfectamente habilitado» para el ejercicio de la labor y, aunque tuvo alguno «problemas» con él, posteriormente la colaboración fue «muy fluida y correcta». «Dominaba el derecho laboral, aunque en la práctica judicial y jurídica estaba menos preparado», ha apuntado.

El abogado ha afirmado que Kutxabank le pidió que emitiera una factura para liquidar la relación con Cabieces y le precisaron la cifra a incluir. Alcorta advirtió de que solo podía emitir la factura por servicios prestados «y solo había una cifra similar por una gestión que hizo a Cajasur». Sin embargo, Cabieces no llegó a cobrarla, según su relato.