El pacto comercial ha sido respaldado con 408 votos a favor, 254 en contra y 33 abstenciones, con el apoyo mayoritario del Partido Popular Europeo (PPE), Liberales (ALDE), Conservadores y Reformistas (ECR) y un voto divido según delegaciones en el seno de Socialistas y Demócratas (S&D).

Los Verdes y la Izquierda Unitaria se han opuesto a su ratificación, porque dudan de las garantías que ofrece en materia laboral, protección medioambiental y sanidad, y alertan del poder que da a las multinacionales frente a las leyes nacionales. También la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, ha anunciado el voto en contra de su grupo.

Mientras, en el exterior de la sede europarlamentaria en Estrasburgo (Francia) las plataformas contrarias al acuerdo de libre comercio y que critican la opacidad de las negociaciones han llevado a cabo una protesta.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, tiene previsto viajar a Estrasburgo para asistir a la sesión plenaria de la Eurocámara un día después del voto, como prueba de su confianza en un acuerdo que necesitará también del visto bueno de los parlamentos de los Veintiocho para entrar en vigor.

Trudeau, que ya tuvo que aplazar una visita anterior a Bruselas por los problemas en la negociación del CETA, ha elegido comparecer ante los eurodiputados el jueves para desligar su presencia del acuerdo comercial, según han explicado fuentes europeas.

Será la primera vez que un primer ministro canadiense pronuncia un discurso ante la Eurocámara y, por ello, abordará otras cuestiones de interés común. 

Juncker celebra el acuerdo

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, ha celebrado el respaldo de la Eurocámara al tratado y lo ha calificado de «importante hito democrático». «Este acuerdo comercial ha sido objeto de un escrutinio parlamentario profundo que refleja el creciente interés de los ciudadanos por la política comercial», ha afirmado Juncker a través de un comunicado.

Este acuerdo «progresista», añade Juncker, «es una oportunidad para dar forma a la globalización juntos e influir en el establecimiento de las reglas comerciales globales». Juncker ha hecho un llamamiento a los países para que «conduzcan un debate inclusivo a nivel nacional con los actores relevantes», y aseguró que a partir de ahora «las compañías y ciudadanos europeos cosecharán los beneficios del acuerdo».