Ramon Sola

Sicólogos alertan del efecto presente y futuro de la separación para Izar

A dos días de que la pequeña Izar pueda ser separada de su madre, Sara Majarenas, por Instituciones Penitenciarias, en Donostia varios sicológos han subrayado las consecuencias de este «desgarro emocional» sumado al estrés postraumático sufrido por la niña, tanto de modo inmediato como en el futuro. «Su madre es imprescindible», subrayan.

Sicólogos han alertado de los efectos que la separación tendría en Izar. (Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS)
Sicólogos han alertado de los efectos que la separación tendría en Izar. (Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS)

El sicólogo clínico infantil Iñaki Barrutia-Arregi y los profesores de Sicología de la UPV Luisa Reizabal e Iñaki García Fernández han comparecido hoy junto a la plataforma Sara Izarrekin Etxera para exponer su diagnóstico profesional sobre la situación que acarrearía a la niña una separación de su madre. El riesgo es inminente, dado que Instituciones Penitenciarias ha fijado este jueves para que Izar salga de prisión al cumplir tres años y no hay noticias sobre la petición de libertad condicional de su madre, Sara, presa en Picassent (Valencia).

Barrutia-Arregi ha hecho hincapié en que con la agresión sufrida el 15 de enero Izar «ha perdido el sentimiento de protección y confianza, y lo tiene que restaurar». Eso solo resulta posible junto a su madre, que es la persona con la que ha convivido en sus tres años de vida, en prisión, lo que genera una situación de «apego muy importante». Entiende este sicólogo clínico que alejarlas ahora supondría «un nuevo desgarro emocional» para la pequeña y le imposibilitaría «integrar la vivencia» negativa padecida, que cabe recordar que estuvo a punto de costarle la vida.

Por eso ha manifestado que «está en juego su bienestar futuro», algo en lo que también ha incidido la profesora Reizabal. Considera la separación especialmente traumática por dos razones: puesto que en toda su vida su madre ha sido quien ha atendido todas sus necesidades –por lo que la separación generaría síntomas como dificultad en las relaciones sociales, pesadillas, preocupación intensa...– y por el hecho añadido de la agresión, que habitualmente provoca consecuencias como «desconfianza, miedo, sentimiento de culpa y de no ser querida...», que son precisamente las que puede aportarle su madre.

«Como padre de dos hijos y como sicólogo, solo una justicia cruel y vengativa, carente de toda empatía, es capaz de separarlas», ha concluido Barrutia-Arregi. «Sería muy cruel», ha remarcado Amaia Zurutuza desde la plataforma, que está multiplicando sus actividades (recopilación de apoyos, redes sociales, la manifestación del jueves a las 19.00 en el Boulevard) para tratar de solucionar esta urgencia humanitaria.