B.Z.

Rajoy niega, de momento, la entrada de los Mossos en la Europol

Ocho días después de los ataques y a un día de la multitudinaria manifestación que llenará hoy las calles de Barcelona, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, compareció ayer ante los medios para apelar a la unidad, negar la entrada de la policía catalana en la Europol y abrir la puerta a otra nueva reforma del Código Penal.

Una semana y un día tardó el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en realizar una comparecencia en condiciones a raíz de los ataques yihadistas en Catalunya. Ocurrió ayer en Moncloa, en una rueda de prensa sin apenas preguntas en la que Rajoy trató de vestirse el traje de hombre de Estado. Felicitó «sin excepciones» la labor de todas las fuerzas de seguridad implicadas, con mención incluida a los Mossos d’Esquadra; recordó que, más allá de polémicas, «los culpables son los terroristas»; e incluyó la consabida apelación a la unidad, sobre la que insistió repetidamente. «La unidad ha de ser algo más que una foto compartida, debe ofrecer resultados en forma de reformas y mejoras que doten a jueces, policías y fiscales de mejores herramientas para luchar contra esta lacra», dijo.

Sin embargo, preguntado sobre la integración de los Mossos d’Esquadra en la Europol, cuya exclusión ha clamado al cielo estos ocho días de silencio, Mariano Rajoy rechazó cualquier cambio inmediato. Escudado en el «hoy toca mantener la unidad», aseguró que no es el momento de discutir «en caliente» la presencia de la policía catalana en un foro en el que sí se incorpora a la Ertzaintza, que entró a cambio del apoyo del PNV a los presupuestos del Gobierno español.

Donde Rajoy sí que abrió la puerta al cambio fue en el Código Penal, que podría sufrir su enésima reforma. «Hemos revisado el Código Penal en dos ocasiones y, si es necesario, volveremos a hacerlo en el futuro», aseguró el presidente.

Pero para imagen de unidad, inusual, la vivida ayer en el Parlament, donde todas las fuerzas políticas, desde la CUP al PP, aprobaron la declaración institucional propuesta por la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell. «El Parlament realiza una llamada a continuar trabajando por la democracia y la cohesión social en nuestro país. La pluralidad solo se puede defender desde la democracia, y la democracia es la garantía para vivir en una sociedad plural y diversa», se lee en un comunicado que apela a «la solidaridad, la libertad y la convivencia».

La Declaración se aprobó en un breve pleno extraordinario en el que el president, Carles Puigdemont, aprovechó también para animar a la sociedad a participar en la multitudinaria manifestación que hoy llenará las calles de Barcelona bajo el lema «No tinc por».

Overbooking de autoridades

Hoy no faltará ni el apuntador. Desde la CUP hasta Felipe de Borbón, desde Puigdemont hasta Rajoy, y desde EH Bildu hasta Covite –que por supuesto criticó la presencia de los independentistas–, pasando por todos los presidentes autonómicos del Estado español. Todos estarán presentes en una manifestación que, finalmente, encabezarán agentes de la policía –está por ver si son solo Mossos–, efectivos de los servicios de emergencia y sanitarios. Probablemente sea la única manera de juntar a todos bajo una única pancarta, que recorrerá el Paseo de Gràcia hasta la plaza Catalunya, donde tomarán la palabra la actriz Rosa Maria Sardà y la activista musulmana Miriam Hatibi.

En la calle contigua, pero fusionados en la misma concentración, 170 colectivos sociales llamaron ayer a manifestarse vestidos de color azul con el objetivo de que «se vea la sociedad civil». En un comunicado conjunto, representantes de colectivos como SOS Racismo, Barcelona Ciutat de Acollida o Òmnium Cultural, criticaron ayer «la hipocresía de líderes y representantes políticos, del Gobierno español y de la monarquía».

 

La Policía española tuvo pinchado el teléfono del imán Es Satty durante un mes en 2005

En plena polémica por el papel desempeñado por los diversos cuerpos policiales a raíz de los ataques yihadistas en Catalunya, el diario “ABC” sorprendió ayer con la noticia, acompañada del pertinente auto judicial, de que la Policía española pinchó el teléfono del imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, en 2005 por sus presuntos vínculos con Al Qaeda. Tras un mes de escuchas autorizadas por el juez de la Audiencia Nacional española Fernando Grande-Marlaska, los agentes rechazaron cualquier vinculación de Es Satty y pararon los seguimientos.

Precisamente es la Policía Nacional española, a través del Centro de Inteligencia para la lucha contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), la que ha asumido la coordinación de la investigación por orden del juez Fernando Andreu, lo que implica una pérdida de influencia de los Mossos en la investigación que deberá aclarar los pormenores de la actuación de los jóvenes de Ripoll. Se da la circunstancia de que el director del Citco es José Luis Olivera, comisario implicado en la Operación Catalunya, según “Público”.GARA