En su intervención, Ollo ha manifestado que «las políticas públicas de la Memoria deben estar basadas en el respeto del derecho de las víctimas a la verdad, la justicia, y la reparación, y en el establecimiento de garantías de no repetición».
Ha destacado así el trabajo conjunto entre el Gobierno, entidades locales y asociaciones de familiares para «proyectar una mirada crítica sobre nuestro pasado y revalidar el compromiso de la sociedad navarra con las víctimas, guiados por los principios de verdad, justicia y reparación que se les adeuda».
En el acto, en el que se ha inaugurado un monolito de recuerdo a las víctimas, la consejera también ha destacado la importancia de la memoria en la construcción de una sociedad más justa y democrática, y recordado que sufrimiento de las víctimas a lo largo de décadas en las que «se les trató de una manera absolutamente inhumana», al tiempo que ha cuestionado también «el olvido institucional al que fueron sometidos tras la muerte del dictador hace ya más de 40 años».
Ana Ollo se ha referido al compromiso del Gobierno navarro en la construcción de «una convivencia basada en la memoria y no en el olvido» y que se ve reflejada en las políticas públicas implementadas en los dos últimos años, y en las exhumaciones, actos de reconocimiento y reparación, retirada de simbología franquista y creación de una red de escuelas con memoria, entre otras actuaciones.
Por último, ha remarcado que aunque en Oteitza «no sufrieron la represión tras el golpe de estado con la misma virulencia, sí fueron testigos del asesinato de más de treinta personas procedentes de la cárcel de Estella con origen en varias localidades de la Merindad, como Allo, Andosilla, Cárcar, Lodosa o Mendavia, entre otras», y a ellos y a sus familiares les ha dedicado el acto