Oihana Llorente
Entrevue
Miguel Fornell
Estuadiante de euskara

«Me encanta que un idioma tan complejo y en un Estado que, más que avivar su cultura, intenta simplificarla, haya sobrevivido»

Miguel Fornell es un madrileño residente en Catalunya fascinado por el euskara. Ha empezado el año aprendiéndolo y está encantado, tal y como se lo ha querido decir al mundo vía Twitter. NAIZ ha estado con él.

Imagen de su perfil de Twitter.
Imagen de su perfil de Twitter.

Son muchos los que le preguntan para qué quiere aprender euskara si con un vasco se puedo entender en castellano. Él sin embargo, responde que «no se trata sólo de entenderse. Se trata de conocerse. Si el conocimiento es mutuo, el entendimiento será profundo». 

Ha compartido la reflexión en Twitter y la respuesta ha llegado al corazón de muchos y muchas usuarias. NAIZ ha querido conocer al autor de la reflexión.

¿Quién es Miguel Fornell?

Miguel Fornell es un amante de la vida y de las personas que ama tocar la guitarra y enseñar a tocarla.

En el perfil se puede ver que eres madrileño, ¿es así?

Así es. Nací allí en el 83 y estuve allí hasta 2004, que me trasladé a Cataluña

¿Y cómo un madrileño residente en Cataluña acaba estudiando euskara?

Siempre me he preocupado de aprender la cultura de mi país, y opino que debería estar implementado en el sistema educativo de todo el Estado. Cuando llegué a Cataluña aprendí a hablar catalán en 1 mes, también practiqué gallego con un amigo que es de allí y ahora he empezado con el euskara, pues lo deseaba desde hacía mucho tiempo.

Como anécdota, viví con italianos 6 meses en Barcelona y visité sus ciudades en varias ocasiones. También me preocupé de aprender el italiano todo lo que pude.

Hemos leído que las clases de euskara son un intercambio.

Sí, acabamos de empezar. Es con una chica del País Vasco. Ella me enseña euskara y yo le enseño guitarra a un amigo suyo. Ella está encantada de poder compartir su idioma porque lo ama.

¿Qué le parece nuestro idioma?

Estoy fascinado. De verdad. Me encanta el reto, y me encanta que un idioma tan complejo y en un Estado que, más que avivar su cultura, intenta simplificarla y reducirla a una, haya sobrevivido y lo hable tanta gente hoy. Me encanta la nueva estructura que se le plantea a mi mente, con un idioma con un orden y una lógica completamente diferentes a las lenguas latinas que conozco. Me hace abrir la mente e imaginar formas de decir las cosas que son impensables en mi lengua.