Asier AIESTARAN

Lucas Eguibar: «Siempre he soñado con ser campeón olímpico»

Ganador de la Copa del Mundo en 2015 y doblemedallista de plata en los Mundiales de 2017, eldonostiarra aspira a todo mañana en la prueba deboardercross. «Lo multiplicaría todo por 16».

Lucas Eguibar afronta mañana (a partir de las 03.00, hora de Euskal Herria) el mayor reto de su ya exitosa carrera deportiva. Y es que pese a tener solo 24 años recién cumplidos y haber ganado una Copa del Mundo o dos medallas de plata en un Mundial, ser un serio aspirante a un título olímpico es algo que muy pocos deportistas pueden llegar a soñar.

«Una medalla lo cambiaría todo. Todo lo que hemos conseguido lo multiplicaría por 16. Para el snowboard, para los deportes de invierno… Una medalla premiaría el buen trabajo que se está haciendo y la gente joven se animaría más a probarlo. Y no solo por eso. Por mí también, es una meta que me he propuesto y quiero conseguirla algún día», reconocía el donostiarra antes de partir hacia PyeongChang.

«Antes también muchas veces, pero diría que últimamente todos los días pasa por mi cabeza algo que tenga relación con los Juegos, bien porque ves algo en la televisión o por lo que sea. Tengo una espina clavada ahí, quiero estar en los Juegos, sentir los Juegos, y dar lo mejor de mí. Siempre he soñado con ser campeón olímpico. Pude estar en Sochi, fue una experiencia magnífica pero ese sueño de ganar se escapó. No era mi momento, así que espero que lo sea ahora. Tenía 20 años, apenas había hecho dos podios en la Copa del Mundo, y ahora ya llevo nueve. Todo ha cambiado. La gente espera más de ti, yo también espero más de mí. Te acostumbras a estar arriba y cuando tienes un mal resultado es como si todo se hubiera dado la vuelta», reflexionaba sobre estos intensísimos últimos años en la élite.

Alegría y golpes

Una carrera que, cosas del destino, le ha ido enseñando las dos caras de la vida, alternando grandes alegrías deportivas con duros golpes personales. Como el accidente de moto que sufrió su hermano Nicolás apenas cinco meses antes de los Juegos de Sochi –Lucas acabaría logrando un diploma olímpico allí gracias a su séptimo puesto y homenajeando a su hermano después con el documental “Gigantes Paralelos”–. O la inesperada muerte de su entrenador Israel Planas el año pasado, apenas dos días después de que Eguibar ganara las dos celebradas medallas de plata en el Mundial de Sierra Nevada.

«En los ciclos olímpicos no he tenido suerte. Antes de Sochi con el golpe de mi hermano y el pasado año lo de Israel. Fue todo muy inesperado, casi más lo de mi entrenador. Fue al día siguiente de volver del Mundial. He tenido momentos malos, pero de esto hay que sacar lo bueno. Isra me ayudó prácticamente en todo. Me cogió cuando era un chaval y me ha llevado donde estoy ahora. Hay que seguir el mismo camino, aunque no esté él, los que estemos hacerlo por él. Se podría decir que tenemos una deuda con él. En mi caso, todo lo que sé me lo enseñó él. Ganar una medalla y dedicársela a él sería lo máximo», se emociona al recordarle.

Un reto para el que se puso a las órdenes del italiano Simone Malusa, su nuevo entrenador, al que califica de «muy diferente». «Con este si un día hay niebla y no se ve o es arriesgado entrenar, volvemos al hotel y hacemos físico o lo que sea. Con Isra no, con Isra entrenabas igual, te decía que ya te sabías la bajada de memoria, dónde estaba el salto, y que lo hicieras igual-igual. Y eso también viene bien a veces. Creo que fue una etapa de mi vida que aprendí muchísimo, una etapa de exigencia máxima que necesita toda persona en mi opinión, para que tengas una base de cara al futuro. Ya sabes lo básico, y tienes otra disposición para el trabajo», analizaba en el documental producido por Basque Team.

Consciente de la dificultad que entraña la modalidad de boardercross, en la que te juegas el todo o nada en un solo día y cualquier mínimo error cuesta la eliminación, Eguibar quiere disfrutar de estas jornadas como no lo pudo hacer en Sochi. «Sochi fue un poco locura. Llegamos tarde a los Juegos, teníamos dos días de entrenamiento y el primero no lo pude hacer, me caí, tuve una fisura en el calcáreo y tuve que ir al hospital… Fue todo un caos. Menos mal que los médicos me infiltraron y pude correr, porque la verdad no podía ni andar. Esta vez quiero disfrutar. Y en mi prueba lo mismo. Sé que si hago mi trabajo y tengo algo de suerte voy a estar arriba, o sea que iré tranquilo a hacer lo que sé».

De momento, las últimas noticias desde PyeongChang nos hablan de un Eguibar contento, al que le ha gustado mucho el circuito «de principio a fin» y que se ha encontrado «súper cómodo». El francés Pierre Vaultier, ganador de las dos últimas Copas del Mundo, es el favorito, pero Lucas Eguibar va a por todas. Y eso es mucho decir.