Joseba VIVANCO

Unas aficiones de diez en las finales europeas de rugby

No fueron cien mil visitantes, veremos si se bebió todo, el día después dirá. Lo que no quita para haber saboreado toda una fiesta del rugby.

Gran Vía bilbaina, apenas mediodía bajo un suave sirimiri, y de frente, hacia cualquiera que caminara a esas horas, dos Everest, 1,89 de pies a cabeza el uno, 1,99 el otro, Joe Rokocoko y Leone Nakarawa, del Racing parisino, de calle, como si tal, de paseo, a solo unas horas de la final de las finales, porque ayer sí, el centro de la capital bilbaina, San Mamés y sus aledaños, sintieron eso de que si el rugby es solo un deporte, el corazón es solo un órgano. Llegada masiva de franceses e irlandeses, de aficionados de numerosos rincones, y fan zones y aledaños disfrutando de todo lo que rodea a este espectáculo, y que no es otra cosa que sus aficiones. Magníficas, educadas, animosas, cordiales, un lujo para cualquier deporte.

A diferencia del viernes en el que la cerveza dicen que sobró y eso no era buena señal aunque fuese de prever, ayer seguro que nadie le hizo ascos a efectos llamada como el recinto habilitado por el Universitario de Rugby en Doña Casilda, sorbiendo su buena dosis de cebada mientras sonaba a todo trapo Tom Jones, el ‘León de Gales’. «A tope, ambientazo increíble y con los irlandeses...», confirmaban desde el club bilbaino. El mejor ambigú para desde allí desfilar al estadio. Disfraces inverosímiles, marea humana hacia el estadio dos horas antes del encuentro, buen rollo, bares atestados de aficionados sedientos de algo más que un balón ovalado, reventas a sus anchas, una de las marcas patrocinadoras de las finales ofreciendo una degustación de ¿‘chupitos de cerveza”?, un show el que se pudo vivir en los aledaños de San Mamés, Arenal, Doña Casilda, Casco.... Fuera para una foto junto al trofeo de la Champions Cup, fuera pateando la ovalada sobre la Ría bilbaina. No fueron cien mil visitantes, veremos si se bebió todo, el día después dirá. Lo que no quita para haber saboreado toda una fiesta del rugby.