Insistir, insistir, insistir… Uruguay ha sumado sus tres primeros puntos en el Mundial en base a no bajar los brazos y confiar en sus armas.

Tiene un par en ataque de mucho prestigio y salario estratosférico. Pero ni Suárez ni Cavani han acertado ante la meta egipcia. El del Barça ha gozado de varias ocasiones claras y el del PSG ha estrellado un lanzamiento al palo. El arquero de los faraones también ha puesto de su parte.

Así que han tirado de plan B. Ese que dice que tener dos centrales poderosos en el juego aéreo es una garantía en ambas áreas. Lo sabe el seleccionador Tabárez y lo sabe el entrenador del Atlético de Madrid, donde juegan todo el año Godín y Giménez.

Ha sido el primero el que ha desatado la locura a la orilla del Mar de Plata, al rematar de cabeza una falta lateral. Cuántos goles similares habremos visto en la Liga española.

Egipto, con su estrella Mo Salah en el banquillo convaleciente aún del abrazo de Sergio Ramos en la final de la Champions, se ha defendido con orden y sin excesivos agobios durante muchos minutos.

Uruguay se perdía en los pasillos de la pirámide y no encontraba la salida. El plan casi funciona, hasta que Giménez ha derribado la puerta a cabezazos. Página especial de NAIZ