La última víctima mortal, ha indicado el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Palestina (ANP), es un palestino de 40 años identificado como Ahmad Jamal Abu Loly, quien recibió un disparo de las fuerzas israelíes durante las protestas en la valla limítrofe, que se saldaron con tres muertos, incluido él, y 370 heridos.

Tras una noche tranquila, después del intenso intercambio de fuego de la anterior, miles de palestinos se volvieron a manifestar el viernes en varios puntos de la zona divisoria, como parte de las movilizaciones que comenzaron el 30 de marzo para reivindicar el derecho al retorno de los refugiados.

«Unas 9.000 manifestantes se han reunido a lo largo de la valla de seguridad entre Gaza e Israel», informaron las fuerzas hebreas en Twitter. De acuerdo con su relato, los palestinos quemaron neumáticos y lanzaron piedras, bombas incendiarias y artefactos explosivos a los uniformados.

Según la agencia de noticias palestina WAFA, francotiradores israelíes dispararon contra los manifestantes para dispersarles.

Alto el fuego

Las hostilidades se reanudaron el viernes pese a la tregua acordada la víspera entre Israel y Hamas, bajo los auspicios de Egipto y Naciones Unidas, en medio de un intenso intercambio de fuego que entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves dejó tres palestinos muertos, incluida una niña, y decenas de heridos.

Después de una mañana tranquila, el jueves por la tarde las partes volvieron a la carga. Hamas lanzó un cohete de largo alcance cerca de la ciudad israelí de Bherseba y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieron con nuevos bombardeos.

Ya por la noche, fuentes palestinas anunciaron la tregua, en la que Egipto y la ONU llevaban trabajando semanas para frenar la escalada del conflicto. El alto el fuego apenas ha durado 24 horas.