Maitane ALDANONDO

Un sistema para redistribuir los excedentes de comida

Oreka es la iniciativa de un joven emprendedor bizkaitarra para reducir el desperdicio de alimentos. La startup gestiona la donación de comida poniendo en contacto a empresas con excedentes y entidades, y cumpliendo con los protocolos de seguridad.

Generar un impacto social ha sido siempre la motivación del getxoztarra Denis Ugalde. Estudió Derecho con la vocación de cambiar las cosas, pero comprobó que su camino no estaba en los despachos decidió tomar la iniciativa. De la suma de múltiples experiencias e ideas surgió Oreka, un sistema de recuperación de alimentos que pone en contacto a empresas que tienen excedentes con entidades que las necesitan. A finales de año recibió un premio Wanted otorgado por el Ayuntamiento de Getxo y a principios de mes lo presentó en el Foro de Emprendedores de Culinary Action! Llegará al mercado en el mes de marzo.

«No nací emprendedor», reconoce el joven, pero le ha cogido el gusto. Cuando decidió cambiar de rumbo, estudió un MBA y con un compañero puso en marcha su primera iniciativa: una empresa de accesorios online. «Nació con la vocación de aprender y ahora es una empresa rentable que funciona», apunta. Le apasiona el mundo del emprendizaje y «el aprendizaje continuo» que lleva asociado. Se dedica a ello de lleno. Es el encargado del área de emprendimiento de la consultoría We Bring, donde ayuda a otros emprendedores y lanza proyectos internos. Paralelamente, desarrolla Oreka desde 2018.

Al dejar la abogacía pasó un verano en Kenia participando en un proyecto de desarrollo social, en el que convivió con una tribu masai. Le llamó la atención que no había casi acceso a comida o agua, pero sí había Coca Cola y mucho más barata que el agua. Ese hecho le hizo pensar en la gestión interesada de los recursos y lo trasladó a los alimentos. «Es un problema notable. Producimos recursos de sobra para todos los que somos, pero la gestión no es la más correcta». Empezó a dar vueltas a temas de economía circular, gestión de bienes, ejemplos de otros países... hasta que poco a poco le dio forma a su idea. « Mi aita solía decirme que cuando a Picasso le preguntaban de dónde le venía la inspiración él respondía que siempre le pillaba trabajando. Las cosas no surgen de manera espontánea nunca, todo el trabajo que está detrás es lo que da los resultados», recuerda el responsable.

Seguro y sostenible

Oreka es un sistema que posibilita a las empresas con excedentes de comida su donación. Ugalde explica que el principal obstáculo es la legislación, ya que las compañías no suelen tener las capacidades para salvaguardar la seguridad alimentaria de la comida que quieren donar. «Nosotros somos ese vehículo», subraya. Cumplen con todos los estándares, «desde análisis microbiológicos, trazabilidad, regulación de la cadena de frío...» para que la comida llegue en buen estado. Su compañero Victor Alonso, experto en la materia, ha diseñado todos los protocolos de actuación para combinar agilidad y seguridad. La propuesta de valor de la startup es que ayuda a sus clientes a reducir los excedentes a través de la monitorización de acciones. Y entre tanto, le permite acceder a desgravaciones fiscales, así como a generar impacto social y medioambiental.

Sus clientes son variados: supermercados, comedores de empresas y colegios, caterings, residencias… Por su parte, las entidades receptoras son los propios agentes finales: comedores sociales, asociaciones... porque se trata de comida lista para consumir, fresca o cocinada. Por el momento, no almacenan nada, llevan a cabo la redistribución en el mismo día: las empresas les dicen cuánta comida les sobra, coordinan la logística, la recogen y la entregan.

Además, están trabajando con un proveedor de software para desarrollar una plataforma que gestione la oferta y la demanda de alimentos, de forma que cualquier cliente con excedente pueda programar de manera puntual o recurrente su donación; y los receptores comunicar cuánta comida pueden coger y cuándo. Consdidera que la plataforma «es esencial para escalar el proyecto y actuar de forma eficiente». Su intención es avanzar pegados al mercado, junto a los clientes para aprender de ellos y adaptarse a sus necesidades, intentando satisfacer lo que les demandan.

En octubre, realizaron una primera prueba de mercado en un evento y el plan es empezar a ofrecer el servicio en marzo. De forma paralela crearán la plataforma, que irán implantando a medida que se vaya desarrollando. De este modo podrán ir volcando su experiencia en ella, lo que les ayudará a ser más eficientes. Su campo de actuación inicial será el Gran Bilbao. A sus clientes les cobrarán una cuota por ese servicio, pero aún están testando el modelo de cobro. Dependerá de la distancia, el número de recogidas y el volumen de los alimentos, así como de la recurrencia.

Ugalde admite que la ha sorprendido la cantidad de gente que le ha ofrecido su ayuda en el camino. Entre otras, la ONG barcelonesa Nutrición Sin Fronteras, que trabaja en la redistribución de alimentos con procesos similares a los que él quiere emplear; sus compañeros de trabajo; o los programas a los que ha presentado su proyecto y ha recibido mentoring o contactos.

El Ayuntamiento de Getxo, además, le ha concedido uno de los premios Wanted, dotado con 7.500€, como apoyo las ideas de los jóvenes menores de 30 años. Agradece el dinero y la repercusión que le ha dado el premio, también la opción de exponer su proyecto, algo que reconoce le gusta hacer: «Es lo que me va a ayudar a mejorarlo».