La necesidad del Villarral ha sido superior a la ambición del Eibar, que ha perdido sus escasísimas opciones de llegar a Europa y tampoco podrá alcanzar ya la novena plaza, su techo en Primera, que marcaba la temporada pasada.

El Villarreal ha salido mucho más enchufado ante un Eibar que saltaba al césped con una sola, y prevista, novedad: Paulo ha sustituido al sancionado Escalante, acompañando a Ramis en el centro de la zaga y posibilitando que Sergio Álvarez jugase, por fin, en su puesto. Por tercer partido consecutivo, José Luis Mendilibar ha apostado por alinear un solo delantero, Enrich, y situar por detrás a Orellana, dándole libertad de movimientos. Lo cierto es que al menorquín se le ha visto poco y al chileno menos aún. Ninguno de los jugadores armeros, en realidad, ha tenido su tarde. Con excepción de Dmitrovic, que no ha podido evitar la derrota pero sí que el gol llegara bien avanzado el partido.

Bien podía haberlo hecho en los primeros minutos, cuando los castellonenses han puesto cerco a su portería ante un Eibar irreconocible. Con el paso de los minutos, los azulgranas han despertado, consiguiendo que el partido quedara condenado al sopor. Un mal menor, viendo cómo había empezado.

Pero a la vuelta de vestuarios, el Villarreal ha vuelto a las andadas. Esta vez con recompensa. En el minuto 59, Costa centraba desde la izquierda para que Ekambi, a trompicones, anotara el 1-0.

El Eibar ha tratado de reaccionar. Al menos se ha acercado algo más a Andrés, cosa que tampoco era complicada. Incluso ha marcado dos goles, ambos anulados de forma acertada por fuera de juego de sus autores, Sergio Álvarez y Kike García. Pocos más argumentos han presentado los armeros, que por lo menos tendrán una buena motivación en la despedida del curso: el próximo sábado recibirán al Barcelona en Ipurua para cerrar la temporada.

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