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El toque de queda no impide las manifestaciones ni las caceroladas contra el racismo en EEUU

Más de una semana después de que el afroamericano George Floyd muriera por asfixia debido a la presión que ejercía sobre su cuello la rodilla de un policía blanco, las protestas no cesan en Estados Unidos, donde al menos 40 ciudades han decretado el toque de queda y permanecen bajo custodia de la Guardia Nacional.

Movilización frente a la Casa Blanca. (ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP)
Movilización frente a la Casa Blanca. (ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP)

Por octava jornada consecutiva en distintas ciudades estadounidenses se repiten las escenas de personas recorriendo las calles en protesta por la muerte de George Floyd, aunque los destrozos de otras jornadas han amainado.

Un día después de que el presidente Donald Trump anunciara el envío de efectivos de la Guardia Nacional para que se aplicara «estrictamente» el toque de queda en Washington, una multitud mucho mayor que la del lunes se ha congregado este martes por la  por la tarde en el centro de la capital del país.

«No tenéis vergüenza, en la Casa Blanca hay un racista», coreaba un grupo situado en la primera línea de la protesta en Washington al dirigirse a las fuerzas de seguridad situadas al otro lado de una enorme valla metálica, de unos dos metros y medio de altura, instalada a lo largo del extremo norte del parque Lafayette, contiguo a la residencia presidencial.

Y justo a las 19.00 hora local, cuando daba inicio la restricción en la capital, las cacerolas empezaron a sonar en algunas zonas, en respuesta a una convocatoria que circuló en redes sociales, con la intención de sumarse a las protestas.

«Esta noche. 7pm. Consigue tus ollas, consigue tus cucharas, dirígete a una ventana o balcón abierto, golpea como el infierno», se leía en uno de los mensajes en Twitter, cuyo autor explicaba que «se llama cacerolazo» y «lo perfeccionaron en América Latina como una forma de protestar contra los regímenes autoritarios durante el toque de queda».

La salida del sol y el fin del primer día toque de queda en Nueva York en 80 años dejaron al descubierto este martes la magnitud de los destrozos causados por los manifestantes en la glamurosa Quinta Avenida de Manhattan.

Los escaparates de la avenida símbolo de la opulencia y el poder de la Gran Manzana lucían enormes paredes de listones de madera levantadas precipitadamente para evitar los saqueos.

A pocas horas de que entrara en vigor el segundo toque de queda consecutivo, el centro de Nueva York parecía una ciudad tomada, apenas sin coches ni gente en las calles. Se efectuaron durante la primera jornada del toque de queda más de 700 arrestos.

El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, ha hecho hincapié en que una cantidad "infinitesimal" de personas llevaron a cabo los saqueos en cuestión y que la gran mayoría de los manifestantes neoyorquinos han sido pacíficos.

También miles de manifestantes han abarrotado las calles de Los Ángeles, en una serie de protestas pacíficas que ante el toque de queda declarado en todo el condado han sido adelantadas. Las marchas, que fueron especialmente numerosas, transitaron por zonas emblemáticas de Hollywood y el Downtown.

El alcalde de Los Angeles, Eric Garcetti, ha agradecido a los manifestantes expresarse pacíficamente y ha dicho que está «orgulloso» de ellos. «Acepto nuestro derecho de hacer esto y me alegra que haya sido pacífico», ha indicado.

Multitudes de personas también han salido a protestar en las ciudades de Chicago, Houston, Orlando, Charlotte, Atlanta y Milwakee, entre otras.