La central térmica de ciclo combinado de Boroa, inaugurada en 2005 en medio de una fuerte oposición ciudadana, se promovió en pleno auge de este tipo de instalaciones, cuestionadas por ecologistas y otros sectores. Quince años después, la producción de hidrógeno es un nuevo nicho de negocio.

Hoy se ha informado de que White Summit Capital, un fondo inversor especializado en transición energética; Castleton Commodities International (CCI), accionista mayoritario de Bizkaia Energía –la central de Boroa–; Nortegas, segunda distribuidora de gas a nivel del Estado español, y la ingeniería Sener van a invertir 50 millones de euros en una planta de producción de hidrógeno en Zornotza, junto a la planta de ciclo combinado.

La planta de 'hidrógeno verde', con una capacidad de 20 megawatios, se va emplazar junto a la citada central de ciclo combinado (CCGT), de manera que aprovechará las infraestructuras ya existentes de gas y electricidad. El objetivo es generar 1.500 toneladas de 'hidrógeno verde' por año provenientes de fuentes 100% renovables.

Alimentará al ciclo combinado

Parte del 'hidrógeno verde' generado se empleará en la propia planta de CCGT, alimentada por gas, de Bizkaia Energía, con el fin de reducir las emisiones de CO2. Además, el hidrógeno se inyectará en la red actual de distribución de Nortegas, donde se mezclará con gas natural.

También podrá estar dedicado en parte a cubrir necesidades de suministro específicas de hidrógeno en la industria local, o al almacenamiento de hidrógeno líquido a través de portadores químicos. Por último, se instalará una estación de servicio (hidrogenera) destinada a cubrir las necesidades del transporte de las flotas locales de vehículos pesados que podrán ser alimentadas con hidrógeno.

Este proyecto cuenta con una inversión inicial de 50 millones de euros, que permitirán que la planta comience a operar a finales de 2022, con la intención de ampliar la capacidad de generación a 200 megawatios antes de 2030, con una inversión total de 300 millones.

El 'hidrógeno verde' se obtiene a partir de energía eléctrica procedente de fuentes renovables, por lo que sus defensores aseguran que es «una energía 100% limpia y libre de emisiones ya que durante su combustión libera exclusivamente vapor de agua».

Entre sus características está la versatilidad, ya que puede destinarse a usos domésticos e industriales, así como su facilidad de almacenamiento y transporte, que permite su uso sin degradación en otro momento y lugar distinto al de su obtención.

Asimismo, para su distribución no es necesario crear una infraestructura desde cero ya que las redes de distribuidoras como la de Nortegas pueden ser aprovechadas para ello.