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Campesinos indios bloquean Nueva Delhi para exigir la derogación de la reforma agraria

Comienza la tercera semana de bloqueo de la capital mientras las movilizaciones se extienden por todo el país para exigir la retirada de la reforma de los mercados agrícolas impulsada por el primer ministro, Narendra Modi.

Campesinos cortan una carretera hacia Nueva Delhi. (Sajjad HUSSAIN/AFP)
Campesinos cortan una carretera hacia Nueva Delhi. (Sajjad HUSSAIN/AFP)

Miles de agricultores indios decididos a derogar las reformas agrícolas continúan con el bloqueo de la capital india, Nueva Delhi, que este fin de semana entra en su tercera semana cercada.

Los manifestantes denuncian que las reformas del Gobierno indio ponen en peligro la subsistencia de los agricultores, un sector que emplea a más de la mitad de los trabajadores del país y contribuye con más del 15% al producto interior bruto, según datos oficiales.

A pesar de las protestas, el primer ministro indio, Narendra Modi, ha defendido los cambios en su programa mensual de radio ‘Mann ki baat’. «Las reformas agrarias de los últimos días han abierto nuevas puertas y posibilidades para nuestros agricultores», ha dicho Modi.

Sin embargo, los sindicatos agrarios exigen que las leyes sean directamente retiradas mientras el Gobierno insiste en mantenerlas, aunque se muestra abierto a realizar cambios. Sin un punto de encuentro, las negociaciones están estancadas y las movilizaciones se mantienen.

Amplio apoyo a las movilizaciones campesinas

Los sindicatos agrarios han valorado muy positivamente el apoyo que han recibido. «Ha sido sorprendentemente exitoso, no habíamos contado con todo el apoyo de sectores de la sociedad que se han pronunciado espontáneamente en todos los estados», ha declarado a Efe Avik Saha, secretario del sindicato AIKSCC, uno de los convocantes de la huelga general y las protestas.

Saha ha afirmado que la llamada a manifestarse «fue especialmente exitosa» en estados no gobernados por el BJP del primer ministro indio, Narendra Modi. Otros estados gobernados por el BJP como los norteños Haryana y Uttar Pradesh han vivido escenas «vergonzosas de represión contra los agricultores, que intentaban expresar su descontento con la huelga», asegura el sindicalista.

Varios partidos de la oposición denunciaron en un comunicado conjunto previo a la huelga general que las nuevas leyes «amenazan la seguridad alimentaria de la India, destruyen la agricultura india y a los agricultores y son el primer paso para la abolición del precio mínimo de apoyo (MSP, en inglés)».

El sentido de la reforma

Los manifestantes exigen la retirada de la polémica ley que busca desregular los precios y la cantidad vendida de ciertos cultivos. Asimismo, la nueva ley permite a los agricultores negociar directamente con empresas para comercializar sus productos, en vez de, como hasta ahora, vender su cosecha en mercados mayoristas regulados por el Gobierno.

Muchos pequeños agricultores están adscritos al PSM, que constituye una red de seguridad esencial para ellos, y ahora se sienten amenazados por la liberalización de los mercados provocada por las reformas. Temen que la competencia de las grandes explotaciones les obligue a tener que vender sus productos a precios reducidos a las grandes empresas.

El peso del sector agrícola de la India es considerable tanto por número de trabajadores como por su aportación a la riqueza del país. Casi el 70% de los 1.300 millones de habitantes del país son campesinos, y el sector aporta alrededor del 15% de su PIB, es decir, 2.700 millones de dólares.

La «revolución verde» de la década de 1970 permitió que India, que regularmente enfrentaba escasez de alimentos, se convirtiera en un país con excedentes. En la actualidad es un importante exportador de productos agrícolas.

Pero esa revolución tuvo un reverso: convirtió a la agricultura en dependiente de las semillas, productos fitosanitarios y abonos de las grandes multinacionales, lo que llevó a los agricultores a contraer importantes deudas. Tras el auge inicial, los ingresos de los campesinos indios llevan estancados décadas.

La mayoría de las haciendas campesinas son pequeñas y cualquier contratiempo las sitúa al borde de la ruina. Según una encuesta realizada por el Ministerio de Agricultura durante el período 2015-2016, más del 85% de los agricultores poseían menos de dos hectáreas de tierra, menos de uno de cada cien agricultores poseían más de 10 hectáreas.

Por otro lado, la alternancia de la sequía con las inundaciones provoca que la agricultura india esté experimentando condiciones metereológicas cada vez más erráticas debido al cambio climático. La cosecha se resiente y los agricultores acumulan nuevas deudas.

El gran volumen de deudas impagadas está causando estragos entre los agricultores de la India. Más de 300.000 se han suicidado desde la década de 1990. Según datos oficiales recientes, solo en 2019 murieron unos 10.300 agricultores.

En este contexto, muchos trabajadores agrícolas están abandonando el sector: 2.000 tiran la toalla todos los días, según el último censo que data de 2011.

En esta difícil situación para los campesinos, el parlamento aprobó en septiembre la reforma de Modi que permite a los agricultores vender sus productos a los compradores de su elección, en lugar de depender exclusivamente de los mercados mayoristas controlados por el Estado.

Estos mercados se crearon en la década de 1950 para proteger a los agricultores contra situaciones de abuso y proporcionarles un precio mínimo de apoyo (MSP por sus siglas en inglés) para ciertos productos básicos.

Una prueba para Modi

Modi ya se encontró con algunos escollos durante su primer mandato que no impidieron su reelección en 2019 con una abrumadora mayoría de votos.

Aunque el Primer Ministro ha tratado de restar importancia al impacto del actual movimiento agrícola, considerando a los agricultores engañados por la «información errónea» de una oposición oportunista, el enfado de los agricultores no debe, sin embargo, ser tratado a la ligera. Gozan de un amplio apoyo entre la población e ignorar sus llamamientos podría dañar la imagen de Modi de ser el líder de los pobres.

En las zonas rurales, donde vive el 70% de los indios, está cada vez más extendida la percepción de Modi como cercano a los círculos empresariales y los industriales.

«Muchas cosas se han vuelto arcaicas en el sector agrícola, pero las reformas no se pueden impulsar de esta manera», declaró a AFP el analista político Arati Jerath. «Esta es hasta ahora la prueba más importante que enfrenta el gobierno (…) tendrá que encontrar una manera de dar marcha atrás y, al mismo tiempo, salvar las apariencias».