Iker Fidalgo
Crítico de arte

Mirar al pasado

Una de las afirmaciones que más repetimos desde estas líneas es que el arte pertenece a su tiempo. Conviene insistir en que la creación artística es fruto de procesos sociales, económicos y políticos y que, por tanto, está en consonancia con el devenir de los acontecimientos. Si bien nos ayuda a mirar con otra óptica el mundo que nos ha tocado vivir, es también una manera de revisar el pasado. Analizar el paso del tiempo desde la producción cultural es una forma de acercarnos a una de las múltiples capas que conforman nuestra memoria. Todo aquello que nos conforma como sociedad tiene su resonancia en las generaciones de creadoras y creadores que construyen los relatos. Acercarnos a una revisión histórica de una época concreta nos ayudará a entender múltiples matices, visiones y posturas que pasan desapercibidas en la historia oficial. El arte actúa desde lo subjetivo. Lo emocional es el principal motor de la creación y para nada se trata de un lugar cómodo y complaciente. Todo lo que sea observado desde el filtro de lo artístico estará entonces nutrido de una serie de componentes que huyen de una mirada homogénea o establecida.

Observar desde aquí el origen de nuestra herencia nos permitirá acceder a lugares que de otra manera habrían sido imposibles de alcanzar. Para entender el pasado debemos acercarnos a aquellas narraciones pequeñas y no oficiales. Solo de esta manera seremos fieles a la realidad de la diversidad.

Desde que surgiera, dentro del programa de la capitalidad cultural de Donostia en 2016, el programa Komisario Berriak pretende atender a las prácticas comisariales que se dan en nuestro contexto. Una convocatoria que ha tomado diferentes formatos pero siempre desde una colaboración interinstitucional conformada por la triada: Artium en Gasteiz, Azkuna Zentroa Alhóndiga en Bilbo y CICC Tabakalera en Donostia. En esta ocasión, cada uno de los centros ha elegido un proyecto ganador que pudiera acercarse a las líneas de interés de los diferentes programas que llevan a cabo. ‘Ez dakit zer pasatzen den azken aldi honetan’ es la propuesta firmada por Ane Lekuona, Itziar Gutierrez e Iñigo Gómez Egiluz y que resultó ganadora en el museo gasteiztarra. El pasado 18 de diciembre se inauguró un proyecto que investiga en la memoria del Festival de Video-Musical de Gasteiz entre 1985 y 1990 y que podrá visitarse hasta el día 21 de marzo. El trabajo en torno a las seis primeras ediciones del certamen nos ayudan a entender la relevancia del contexto de la capital alavesa en la creación videográfica de su época así como la potencia de un tejido activo ligado al audiovisual. Ya en sala, la muestra adquiere un carácter ligado a la disposición de documentación en la que se pueden encontrar desde artículos de prensa, fotografías de Mariví Ibarrola a cartelería realizada por artistas de la talla de Carlos Marcote o Mintxo Cemillán. Sin duda el programa de proyecciones entre los que podemos ver vídeos como ‘Txus’ de La Polla Records, así como piezas de Hertzainak o Eskorbuto es una de las ramas más potentes de la exposición.

Hasta el próximo 11 de abril, la Sala de Armas de la Ciudadela de Iruñea acoge la exposición inaugurada a finales del pasado 2020 ‘Pintura y obra gráfica española de los 80’. De nuevo una mirada a una época que ha sido endulzada por los discursos oficiales pero que, sin duda, supuso en periodo de gran actividad artística cuyos coletazos aún permanecen activos. Un total de 63 piezas entre pintura y obra gráfica que pertenecen a dos colecciones diferentes. Un recorrido a través de 42 nombres de los cuales 18 han sido galardonados con el premio nacional de artes plásticas en el que encontramos potentes firmas como Zumeta, Miquel Barceló, Tápies, Isabel Baquedano, Menchu Lamas, Cristina Iglesias o Saura.