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París no pedirá perdón por la colonización y guerra de Argelia

El Estado francés descarta pedir disculpas oficiales por los crímenes coloniales cometidos en Argelia y se limitará a llevar a cabo «actos simbólicos» a favor de la reconciliación entre ambos pueblos tras la entrega ayer de un informe sobre la colonización y la guerra en ese país.

De Gaulle visita a las tropas en Argelia en 1960. (Jacques GRAVIN | AFP)
De Gaulle visita a las tropas en Argelia en 1960. (Jacques GRAVIN | AFP)

Las atrocidades cometidas durante la guerra de independencia argelina (1954-1962), que dejó cientos de miles de muertos, siguen tensando las relaciones entre el Estado francés y Argelia seis décadas después. La Presidencia francesa dijo que «no es cuestión de mostrar arrepentimiento» o de «pedir perdón» por la ocupación de Argelia o la sangrienta guerra que puso fin a 132 años de colonización francesa, sino que es más importante poner fin a la cultura de «negación y cosas no dichas» que rodean al pasado del Estado francés en Argelia.

Emmanuel Macron recibió ayer el informe sobre la memoria de la colonización y de la guerra de independencia de Argelia, encargado en julio al historiador Benjamin Stora, en cuyo documento coincide en que excusarse no es la mejor manera para cerrar las heridas.

«El mal es profundo. Hace falta emprender otros caminos. Hay que comprometerse con un camino concreto, paso a paso, (...) en torno a gestos simbólicos. Preconizo para ello la puesta en marcha de una Comisión mixta franco-argelina de Memoria y Verdad, de una decena de personas, no solo historiadores», declaró ayer Stora en una entrevista en el semanario L'Obs. A su juicio, es más importante reconocer los errores del pasado que pedir disculpas de cara a la reconciliación.

El Elíseo anunció que Macron participará en tres jornadas de conmemoración: el 25 de setiembre en el día nacional de los harkis, combatientes argelinos que lucharon junto a los franceses durante la guerra de independencia; en el aniversario de la sangrienta represión de una manifestación pacífica de argelinos en París, el 17 de octubre de 1961, y en el de los acuerdos de Evian del 19 de marzo de 1962, por los que el Gobierno francés y el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino rubricaron el alto el fuego.

Según indicaron fuentes gubernamentales, se trata de «mirar la Historia de frente» y de una forma «serena».

«Es un crimen»

Durante su campaña presidencial, en 2017, Macron causó un sismo político al declarar en la televisión argelina que «la colonización forma parte de la historia francesa. Es un crimen, un crimen contra la humanidad, una auténtica barbarie», el primer presidente francés en hablar en esos términos de lo sucedido. Un año más tarde reconoció que París había instigado un sistema que facilitaba la tortura durante la guerra.

«En la cultura política francesa el anticolonialismo siempre ha sido un movimiento extremadamente marginal», dijo la historiadora Sylvie Thenault a AFP. «Existe una profunda convicción de que la República Francesa es una fuerza del bien que frena la posibilidad de criticar lo que se hace en nombre de la República», añadió.

La represión contra el movimiento de independencia argelino dejó un profundo resentimiento que Macron ha ligado a la radicalización entre la segunda y tercera generación de inmigrantes norteafricanos.

Pero también hay otros agravios de larga data. Tras la independencia, cientos de miles de colonos temerosos de represalias huyeron al Estado francés, un éxodo que sembró la semilla del sentimiento antiárabe que alimentó el ascenso de la extrema derecha.