
El alcalde de Iruñea, Enrqiue Maya, no descarta que, si la situación sanitaria lo permite, se celebren corridas de toros a partir del 7 de julio.
«No está confirmado que no los haya y mantenemos la esperanza de que pueda haber unos sanfermines de algún tipo», ha apuntado el primer edil en declaraciones a Navarra Televisión.
Las palabras de Maya encienden aun más el debate después de la presidenta navarra, María Chivite, anticipara el martes una evidencia: que no habrá fiestas, al igual que el año pasado, porque resulta inviable en pandemia.
El anunció de Chivite suscitó el enfado del regidor, que se apresuró a aclarar que «no hay una decisión tomada» y que la organización de las fiestas compete al Ayuntamiento de la capital navarra, algo que también es obvio.
Lo que no quedaba claro es qué modelo tenía en mente el regidor de Navarra Suma. Y las declaraciones de hoy apuntan a que su intención es al menos celebrar corridas de toros con aforo reducido, como se hizo en otras ciudades el pasado verano.
La polémica con ello sería inmensa, puesto que las corridas son la actividad más cuestionada actualmente de los Sanfermines y de hecho en Iruñea en los últimos años se han realizado movilizaciones contrarias el 7 de enero, además de las de colectivos animalistas internacionales hace tiempo.

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