El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Iruñea, Edilberto Esteban, ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianzas de U.S.V., EL conductor que atropelló mortalmente a Pablo Salinas, de 32 años, cuando cruzaba un paso de cebra en la calle Martin Azpilkueta del barrio Donibane de la capital navarra a las 0.10 del viernes. Salinas volvía de trabajar en ‘Diario de Navarra’.

Según ha informado el TSJN, el juez le imputa delitos de homicidio, conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas o drogas tóxicas, conducción temeraria con manifiesto desprecio para la vidad de las personas y abandono del lugar de un accidente.

En el auto, el juez señala que el conductor circulaba a más de cien kilómetros por hora en una zona urbana, se saltó un semáforo en rojo y atropelló mortalmente a Salinas, que cruzaba por un paso de cebra y que falleció en el acto.

Asimismo, señala que conducía bajo el efecto de bebidas alcohólicas, cocaínas y éxtasis y que comenzó a ser perseguido por una patrullas de la Policía Municipal en la avenida de Baiona, donde se le detectó proveniente de la avenida de Barañain.

Junto a ello, el auto del juez añade que el investigado se dio a la fuga, abandonando el vehículo y marchándose a pie, ocultándose en una zona de vegetación cercana a la avenida de Gipuzkoa, donde fue localizado por la Policía Municipal.

El fiscal ha solicitado el ingreso en prisión provisional del imputado en la comparecencia celebrada hoy en el Juzgado de Guardia, siendo aceptada por el juez.

En cuanto a los indicios de criminalidad, el juez señala las circunstancias de su detención en los términos que constan en el atestado presentado, las manifestaciones de los agentes y testigos que presenciaron la conducción y las grabaciones de las cámaras y el cálculo de velocidades realizado por la fuerza policial actuante.  

El magistrado decreta el ingreso en prisión debido a «la extrema gravedad de los hechos, los bienes personales en juego y las elevadas posibilidades de eludir la acción de la justicia ante la gravedad de las penas que en su día pudieran imponerse, ya que no solo se dio a la fuga tras el accidente sino que abandonó el vehículo ocultándose para evitar su detención».