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Martxel Rodríguez recibe con «una alegría muy grande» el premio al talento artístico

El bailarín Martxel Rodríguez (Lesaka 1990) recibe este martes el Premio Promoción del Talento Artístico que concede el Gobierno de Nafarroa, y que acoge con «una alegría muy grande» tanto por el reconocimiento que supone como por el foco que el galardón pone en la danza.

Martxel Rodríguez ha regresado a Lesaka tras unos años trabajando en Europa. (Gorka RUBIO |FOKU)
Martxel Rodríguez ha regresado a Lesaka tras unos años trabajando en Europa. (Gorka RUBIO |FOKU)

Horas antes de recibir de manos de la presidenta del Gobierno foral María Chivite el galardón, el bailarín Martxel Rodríguez se ha mostrado feliz. Tanto por el reconocimiento que supone a su perspectiva de futuro como por el foco que el galardón pone este año en una disciplina como la danza. Así lo ha afirmado en una entrevista concedida a Efe.

El premio quiere apoyar la iniciativa de jóvenes emprendedores en el ámbito artístico y cultural de Nafarroa, servir de referente a la juventud, y el acompañamiento al talento emergente en el herrialde en su camino hacia la visibilización y profesionalización.

El jurado ha valorado la sólida formación y trayectoria de Rodríguez en compañías de danza referentes en Europa y «su capacidad, desde su juventud, para aplicar ese bagaje a la comunidad creativa de Nafarroa», al tiempo que ha respaldado «su trabajo desde la periferia, pero aplicando códigos que favorecen una visión territorial y su apuesta por su trabajo en red, donde destaca la integración de la danza contemporánea con otras disciplinas artísticas».

Rodríguez compagina actualmente su trabajo como bailarín freelance con la dirección de su propia compañía, Led Silhouette, con sede en Lesaka, la localidad a la que ha vuelto tras formar parte de compañías internacionales y formarse en diversas ciudades, y en la que inició sus primeros pasos en la danza tradicional vasca de forma académica.

Lejos de olvidar esa base, asegura que «todo aporta en el proceso de formarse», y en el caso de la danza vasca hay «ciertas cualidades, ciertas texturas corporales, cierta pose, cierta flexibilidad que, por supuesto, todavía sigo desarrollando y aprovechando, a veces para deconstruir lo aprendido».

En la misma medida defiende su graduación en Física por EHU-UPV, una disciplina que es «otra de mis grandes pasiones», dice un artista inquieto, que eligió esta carrera universitaria «porque en parte quería entender cómo funcionaba el universo. Es muy interesante porque vas aprendiendo mucho pero cada día salen nuevas preguntas, dudas y líneas de investigación», algo que también le sucede en el proceso creativo de las coreografías.

Así, y además del recurso constante a un mismo vocabulario con términos como «el peso, la gravedad o las dinámicas que danza y física comparten, la creación escénica tiene en común con la física la metáfora de la búsqueda de respuestas», concluye.

Sobre el parón que el confinamiento y las restricciones que la pandemia del coronavirus han marcado la exhibición en las artes escénicas, personalmente asegura que el descanso obligado «supuso bajar el ritmo corporal y, como veníamos de un trajín bastante alto, el cuerpo lo agradeció».

En el plano creativo esta reclusión ha facilitado un trabajo muy intenso. «Creemos que va a salir mucho de las ideas de ahí y más de quienes somos un poco de genética existencialista. Yo soy muy de preguntarnos el por qué y el para qué de las cosas, y creemos que eso se ve ya en los trabajos posteriores» a la pandemia, en su caso en la creación en la que actualmente trabajan.

«Es sobre el tema de la búsqueda de la esperanza y la luz, de la relación de la luz con el cuerpo como búsqueda siempre de respuestas», avanza para explicar el trabajo conceptual sobre el que descansa el proyecto.

En cualquier caso, independientemente de la actualidad marcada por la salida de la pandemia y el arranque que ello supone de nuevo para las artes escénicas, Rodríguez entiende que en la disciplina artística de la danza en Nafarra hay talento. «Hay muchas compañeras en el sector que han estado luchando muchos años, y hay referentes que demuestran que ha habido danza, hay danza y habrá danza buena para rato en nuestro territorio».