
La idea de redactar una nueva Constitución chilena se gestó en 2019 como un acuerdo entre los partidos políticos para tratar de rebajar la mayor crisis social en tres décadas, que estalló con masivas marchas en las que la gente reivindicaba un modelo socioeconómico más justo y que dejó al menos una treintena de fallecidos y miles de heridos.
Los 155 hombres y mujeres que redactarán el nuevo texto habían sido citados este domingo en el antiguo edificio del Congreso Nacional para reunirse por primera vez desde que fueron elegidos. Este órgano está compuesto de forma paritaria –algo insólito en el mundo– y con 17 representantes de pueblos indígenas.
La jornada había comenzado con miles de personas participando en distintas marchas en Santiago, la capital chilena, en la antesala de la ceremonia de inauguración del proceso de redacción de la futura Carta Magna.
En un ambiente festivo y convocados por distintos colectivos, representantes de indígenas, de sectores profesionales, estudiantes y personalidades políticas se reunieron para reivindicar que sus demandas se incluyan en el proceso y para acompañar a los constituyentes que debían tomar posesión horas después.
«¡No más represión!»
Ya en el antiguo Congreso Nacional, el protocolo se rompió cuando un grupo de constituyentes irrumpió exigiendo el cese de la represión policial y pidiendo liberar a los manifestantes detenidos poco antes, lo que obligó a suspender temporalmente la reunión.
Al grito de «¡No más represión!», varios constituyentes se negaron a sentarse mientras sonaba el himno al inicio de la ceremonia, como muestra de apoyo a cientos de personas que se manifestaban fuera y que fueron dispersados por la Policía.
«Queremos hacer una fiesta de la democracia y no un problema, vamos a suspender la sesión por breves minutos», señaló entonces la relatora del Tribunal Calificador de Elecciones, Carmen Gloria Valladares.
Elisa Loncón, activista mapuche
Tras reanudarse el acto una hora después, los constituyentes eligieron a Elisa Loncón, una mujer indígena, para presidir el órgano que elaborará la Carta Magna que sustituirá a la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Loncón, una lingüista y activista mapuche –la etnia indígena mayoritaria en el país–, fue elegida presidenta de la Asamblea Constituyente por mayoría absoluta en segunda vuelta.
El colectivo indígena supone el 12,8% de la población actual de Chile pero nunca ha sido reconocido en la ley fundamental.

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